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CONFERENCIA DE DONANTES DE MADRID

EE UU mantendrá el control de su dinero en Irak al margen del Banco Mundial

Washington confía en que el mundo muestre "su apoyo a los iraquíes en Madrid"

El Gobierno norteamericano deposita "grandes esperanzas" sobre el efecto que tendrá la Conferencia de Donantes "en la ayuda a los iraquíes, que van a ocupar el centro de la escena en Madrid", pero Washington prefiere no aventurar cantidades concretas sobre los compromisos económicos de la cita. En todo caso, EE UU reitera lo que ya dijo el lunes Condoleezza Rice, asesora de Seguridad, y que no ha sido bien entendido por algunos: los 20.000 millones de dólares estadounidenses para ayuda no irán al nuevo fondo que gestionará el Banco Mundial.

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"No vamos a canalizar los 20.000 millones a través del nuevo fondo. Esa ayuda se gastará teniendo en cuenta la valoración de necesidades urgentes relacionadas con las infraestructuras y la seguridad y se distribuirá a través de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) y de los organismos bajo la Autoridad Provisional de la Coalición, que dirige Paul Bremer". Tanto Alan Parson, subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Económicos, como John Taylor, subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, reiteraron ayer en Washington que la partida de 20.000 millones de dólares solicitada por la Casa Blanca y aprobada por el Congreso no formará parte del fondo del Banco Mundial.

"Este fondo no está diseñado para grandes donantes; es un mecanismo para pequeñas agencias de cooperación que no cuentan con infraestructura suficiente. Si pusiéramos las cantidades de dinero que nosotros manejamos en ese fondo, se paralizaría, porque no lo podría gestionar", según Andrew Natsios, administrador de USAID, "la mayor agencia de ayuda en el mundo, mucho más grande que cualquier organismo de la ONU".

Nadie quiere fijar objetivos en cuanto a lo que se espera de Madrid. "Tanto como sea posible", según John Taylor. "No hacemos cálculos antes de que se celebre la conferencia. ¿Qué es lo que definiría la cita de Madrid como un éxito? Que los iraquíes salgan de allí con la sensación, con la confirmación, de que tienen el respaldo de la comunidad internacional. Lo importante es escuchar lo que tengan que decir y mostrarles apoyo, y espero que eso es lo que hagan todos los Gobiernos", dijo Alan Parson, que evitó contestar a la pregunta de si EE UU consideraba adecuado el nivel de representación del Gobierno alemán y de otros países europeos en la conferencia. "En todos los contactos que he tenido con los Gobiernos europeos, me han dicho que la reconstrucción de Irak es una prioridad para ellos y que creen que debe ser un éxito. Confío en que los países hagan sus contribuciones a partir de esa valoración".

En cuanto a la ayuda aprobada con condiciones y recortes por el Congreso el pasado viernes, la Casa Blanca ha amenazado con recomendar al presidente, George W. Bush, que vete cualquier propuesta que lleve aparejada la idea de que parte de esa ayuda se conceda en forma de préstamo. La Cámara de Representantes votó el martes (277 contra 139 en votación no vinculante) a favor de asumir la decisión del Senado para que la mitad de los 20.000 millones sean un préstamo a Irak en caso de que los principales acreedores de Bagdad no perdonen el 90% de la deuda. La Casa Blanca confía en negociar y superar el problema la próxima semana.

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El Gobierno de EE UU, por lo demás, quiere subrayar los avances en Irak. Según Natsios, desde el final de la guerra se han dedicado entre 2.000 y 2.500 millones de dólares a la reconstrucción: "No habíamos gastado una suma así en un solo país desde el Plan Marshall". Entre los progresos, Natsios destacó la reconstrucción de más de 1.600 escuelas, incluidos cursillos para 50.000 profesores, la impresión de 5,6 millones de libros de texto de matemáticas y ciencias, en colaboración con Unicef y la Unesco, y el reparto de un millón y medio de mochilas colegiales con "material de escritura, compases, reglas, papel, calculadora".

El presidente de EE UU, George W. Bush, ayer en Bali, junto a la ministra de Indonesia, Megawati Sukarnoputri. 

/ AP
El presidente de EE UU, George W. Bush, ayer en Bali, junto a la ministra de Indonesia, Megawati Sukarnoputri. / AP

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