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Entrevista:Rosella di Paolo | MAPA LITERARIO DE PERÚ

"Perú es un país de poetas"

Con cuatro libros de poemas, el último de ellos Tablillas de San Lázaro (2001), Rossella di Paolo (Lima, 1960) es una de las representantes de una generación en la que surgieron muchas voces de mujer en la poesía peruana.

PREGUNTA. ¿Es Perú un país de poetas, más que de escritores en otros géneros?

RESPUESTA. Creo que sí, el nuestro es un país de magníficos narradores, pero los poetas, grandes poetas, son legión, quizá por el hecho de estar muy desarticulado en tantas cosas, en lo humano, lo geográfico, lo político. Quizá por eso las maneras de la poesía, es decir, su tensión de cable pelado entre la nada y la nada, su construcción en el vacío, están más predispuestas en nosotros.

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P. ¿En la última década surgieron muchas voces de mujeres en la poesía, y lo hicieron con particular desgarro y desinhibición? ¿Crees que hubo algún desencadenante?

R. En los ochenta surgió un número importante de poetas mujeres. Fue un fenómeno nuevo, sí, pero no sólo en la poesía. La sociedad peruana empezó a mostrar ya desde los setenta mucha más presencia de mujeres profesionales que en generaciones anteriores. La obra de Blanca Varela en la generación del 50, de María Emilia Cornejo y Carmen Ollé, años después, abrieron las posibilidades expresivas de las mujeres, que desde siempre habían sido artificialmente ubicadas en el lenguaje que no hace olas, el lenguaje para cantar nanas y rondas, que es muy bello, por supuesto, y necesario, pero que no es el único.

P. Su poesía tiene uno de sus ejes en las relaciones de pareja. En la imposibilidad y el roce. ¿Trabaja principalmente con claroscuros, luces y sombras?

R. Me cuesta trabajo explicar cómo trabajo. Me gustan las imágenes claras y limpias, sin ser obvias. Que cada verso sostenga una imagen o un ritmo. Los poemas llenos de puntos suspensivos o acrobacias verbales o semántica errática, casi esquizofrénica, me cansan un poco. Los poemas muy largos, los que hablan mucho, me cansan un poco. Creo que la poesía es una epifanía, un rapto. No lo sé bien. Mi último libro, Tablillas de San Lázaro (2001), tiene que ver con el hecho de llamar y no ser atendidos, como aquellos mendicantes o leprosos que agitaban sus tablillas en la España de hace siglos. Es una imagen que expresa el no ser amado y, en efecto, ése es el eje del libro, de este libro en particular, pues en los anteriores surgieron otros aspectos.

P. ¿Qué poetas peruanos actuales destacaría?

R. La obra de Blanca Varela, siempre inquietante, sin complacencias, fue determinante para las poetas mujeres. La poesía de mis compañeras de generación, o un poquito antes, también, como la de Mariela Dreyfus, Rocío Silva Santisteban, Patricia Alba, Giovanna Pollarolo, Carmen Ollé. Aprendí mucho de su fuerza, de su valentía. Leer a Jorge Eduardo Eielson, César Moro, Javier Sologuren, Washington Delgado, Antonio Cisneros, José Watanabe, Carlos López Degregori, Abelardo Sánchez León, siempre es un placer para mí. En realidad son muchos los poetas peruanos que leo y quiero. Nuestra tradición es fuerte. Las presencias tutelares de César Vallejo y José María Eguren están siempre con nosotros.

Rosella di Paolo.
Rosella di Paolo.

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