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Invasión científica del planeta rojo

La actual oleada de naves mandadas a Marte con ocasión de la mayor cercanía del planeta rojo a la Tierra, que sucede cada poco más de dos años, se ha sumado a la Mars Odyssey, la primera que alcanzó Marte (en 2001) tras los sonados fracasos de 1999, y los éxitos del vehículo todoterreno Pathfinder y de otro satélite, Mars Global Surveyor, en 1997. No se puede olvidar a las naves pioneras Viking de los años setenta, que fueron las que mostraron por primera vez la faz desértica y desolada de la superficie marciana.

Marte se ha convertido así este año en el planeta más estudiado. En órbita circular polar a 400 kilómetros de altura están las citadas naves estadounidenses Mars Global Surveyor y Mars Odyssey, y desde el 25 de diciembre pasado, la europea Mars Express (en una órbita elíptica polar que se acerca a 250 kilómetros de altura). Todas ellas dando vueltas continuamente al planeta con instrumentos de última generación que han suministrado una avalancha de datos e imágenes sin igual en la historia de la exploración planetaria.

Pasado húmedo

Sobre el terreno están ahora los dos robots sucesores del Pathfinder, también dotados de instrumentos avanzados para realizar investigación geológica. Se comunican con la Tierra sobre todo a través de la Odyssey, y la preparación de su llegada se ha hecho con la Surveyor. Sin poder culminar su misión este año se quedaron la nave japonesa Nozomi y el pequeño módulo de descenso europeo Beagle. Torrenteras que parecen surgir del borde de cráteres, lagos secos y otras huellas en el relieve del planeta de un pasado muy húmedo han aparecido por doquier en las imágenes del Mars Global Surveyor, que se pueden ver en la dirección marsprogram.jpl.nasa.gov/ mgs/.

Las indicaciones de la existencia actual de bastante agua en forma de hielo en los polos fueron fruto de las observaciones en 2002 de la Mars Odyssey, y las primeras observaciones directas de moléculas de agua en el polo Sur fueron anunciadas por los responsables de Mars Express el pasado martes.

La suma de todos los datos de todos los instrumentos de todas las naves permitirá, por primera vez, obtener en los dos próximos años un panorama completo de lo que hay en Marte, en cortes transversales desde varios kilómetros de profundidad en su superficie a gran altura en su atmósfera. El misterio más llamativo es el paradero de las grandes cantidades de agua que alguna vez albergó el planeta, así como la existencia o no de una energía interna que se manifieste en volcanismo. Los científicos de las misiones estadounidenses se inclinan por afirmar que Marte está saliendo de un periodo glacial, dado que existe agua helada en el subsuelo hasta latitudes bastante altas, aunque todavía los datos son contradictorios.

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