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Entrevista:EL PACIENTE | Joaquín Martín de Oliva Rey | DEMANDA CONTRA LAS TABACALERAS

"El tabaco es veneno, pero no una droga"

Tereixa Constenla

Tres veces por semana Joaquín Martín de Oliva Rey, de 69 años, un perito industrial ahora jubilado, acude a la unidad de rehabilitación respiratoria del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla. Tiene un enfisema muy acusado. También rebautizado en los últimos años como EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Dejó de fumar antes de que le diagnosticaran la enfermedad, pero ella le acompañaba desde hacía tiempo.

Desde la adolescencia hasta cerca de los 55 años fumó a diario alrededor de 40 cigarrillos. Se plantó tras dos días de abstinencia por un mal menor y, como las batallas con su esposa -enfermera de profesión- eran constantes a causa del tabaco, aprovechó para despedirse definitivamente: "Casi sin proponérmelo, no me costó mantenerlo, pienso que el que no lo deja es porque no le da la gana".

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Las primeras señales de que algo fallaba en su aparato respiratorio fueron tibias molestias en la garganta y carrasperas que combatía con caramelos, seguidas de toses cada vez más aparatosas que le provocaban el ansia atroz de encender un pitillo. El diagnóstico médico fue rápido y definitivo. Sin medias verdades le dijeron que la EPOC le acompañaría de por vida. "No me costó mucho aceptarlo", recuerda.

Su mal le impide realizar una vida plenamente normal, aunque su evolución va por rachas. "No hago esfuerzos ni nada que requiera posturas especiales", explica. Joaquín no puede hacer una cama o arreglar un enchufe. Subir las escaleras hasta un tercer piso le obligaría a unos descansos enormes. "Lo que una persona hace en cinco minutos yo tardo 20", concluye.

El tabaco, del que ha disfrutado tantos años "como un loco", le parece ahora "veneno", pero Martín de Oliva rehúsa considerarlo como una droga. "El concepto que tengo de droga es distinto, produce adicción pero pienso que la cocaína o la heroína producen una dependencia mucho mayor que el tabaco y condicionan la vida de una persona". Y concluye: "Nunca se me ocurrió atracar un banco para comprar una cajetilla".

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Por esta razón muestra su rechazo a medidas prohibicionistas. "Reconociendo que es perjudicial, creo que por encima de eso está la libertad de la persona siempre que no se atente contra la libertad de los demás". Está de acuerdo, sin embargo, en aumentar las restricciones sobre el consumo en locales públicos y sobre la publicidad "porque influye en gente con la personalidad aún no muy formada". Desdeña la demanda contra las tabaqueras como "una pamplina" y "una salida peregrina de Chaves". "Es una postura hipócrita si no actúan para eliminarlo, me parece absurdo perseguir al vendedor", remacha.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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