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MATANZA EN MADRID | Investigación policial

El juez levanta la incomunicación a todos los detenidos por la masacre

El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, encargado de las investigaciones por la masacre del 11 de marzo, levantó ayer la incomunicación que mantenía sobre nueve de las 12 personas encarceladas hasta ahora (de los 20 detenidos durante las investigaciones) por su supuesta participación en los atentados contra cuatro trenes en las estaciones de Atocha, Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia. Los incomunicados se encontraban repartidos por las cárceles madrileñas de Soto del Real (siete de ellos), Alcalá Meco y Valdemoro, según informaron ayer fuentes de la administración penitenciaria.

Del Olmo levantó la medida restrictiva tras acudir, el viernes, al penal de Soto con la fiscal Olga Sánchez y algunos de los damnificados por la catástrofe terrorista a fin de que participaran en una rueda de reconocimiento (mirar a los encarcelados a través de un cristal tintado para confirmar si se trata de las personas que aseguran que vieron en los trenes). Las fuentes consultadas no han precisado el resultado de dicha prueba ni si hubo algún reconocimiento sin ningún género de dudas por parte de los testigos.

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Las bombas del 11-M fueron montadas la tarde anterior

Control del aislamiento

La autoridad judicial pudo comprobar en presidio cómo se estaba cumpliendo el aislamiento de los supuestos terroristas radicales islámicos. Tres se encontraban recluidos en un módulo de la galería de aislamiento, separados entre sí por varias celdas (tiene 70 ese departamento, de las que están ocupadas 50) y con los ventanucos mirando hacia patios diferentes. Otros tres se encontraban en el módulo de ingresos y en plantas y alas diferentes, mientras que el séptimo incomunicado, la única mujer detenida, Naima Ouled Akcha, se encontraba aislada en la zona de enfermería de Soto del Real.

Los funcionarios, según fuentes penitenciarias, no han dado parte de incidencia sobre conversaciones entre ellos, salvo uno relativo a Mohamed Cahoui, quien preguntó a voces, al día siguiente de ser encarcelado, a qué hora se almuerza y cuándo se sale diariamente al patio. El levantamiento de la medida de aislamiento permitirá a los encarcelados comunicarse con sus familias y abogados, siempre bajo vigilancia.

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Los incomunicados y los que no lo están se integrarán progresivamente en la vida penitenciaria, pero con enormes restricciones por temor a posibles represalias de otros internos. De hecho, en los días inmediatamente posteriores a los atentados fueron aislados la treintena de supuestos radicales islámicos presos para evitar posibles altercados. El mismo 11-M fueron aislados los presos de ETA como precaución (las cárceles resonaron durante la mañana de la masacre con los gritos y amenazas directas de internos comunes contra los etarras), medida que se levantó cuando se fue desmoronando la tesis de que dicha banda era la autora de la masacre.

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