Zapatero implicará a todos los partidos del Parlamento en la lucha contra ETA

José Luis Rodríguez Zapatero, impulsor del Pacto Antiterrorista que el PSOE suscribió con el PP en diciembre de 2000, pretende mantener los compromisos que se derivan de dicho pacto pero, al mismo tiempo, implicar a los restantes partidos democráticos en la estrategia común contra ETA. El próximo presidente del Gobierno pretende convertir el Parlamento en la sede de este gran acuerdo, que se basará en el diálogo político y en la recuperación de la Comisión de Secretos Oficiales como vehículo a través del cual el Ministerio del Interior informa a la oposición sobre cuestiones operativas.

El primer compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero y su "preocupación máxima" como gobernante será acabar con el terrorismo porque, según sus palabras, "la primera obligación de un gobierno democrático es garantizar la vida y la libertad de los ciudadanos". En vísperas de llegar a La Moncloa, el líder del PSOE se reafirma en el compromiso público que adquirió en un acto de su partido el pasado el 15 de febrero, conocido como la Declaración de Bilbao.

Rodríguez Zapatero mantendrá el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, suscrito con el PP en diciembre de 2.000, hasta que ETA se disuelva, porque cree que ha dado frutos positivos en la lucha contra la banda armada. Fuentes de su entorno aseguran que no revisará el texto del pacto ni tampoco su desarrollo, incluidas las reformas legales que culminaron con la ilegalización de Batasuna. Tampoco se plantea, por el momento, la adopción de nuevas medidas.

Rodríguez Zapatero cree que debe salvaguardarse el principio, firmado con el PP, de enviar a ETA el mensaje de que, gobierne quien gobierne España, nunca obtendrá réditos políticos del uso de la violencia. Sin embargo, también cree que, una vez reafirmado el acuerdo con el PP, hay que darle un nuevo impulso político y abrirlo al diálogo con los demás partidos en el Parlamento para fortalecer la unidad de todos los demócratas contra ETA.

Ésta es una insuficiencia que el PSOE había señalado al PP en los últimos meses, desde que el Gobierno vasco y el PNV, con Josu Jon Imaz al frente, reafirmaron su compromiso de combatir a ETA sin ningún tipo de contrapartidas. Esta actitud pública de Imaz reafirmaba, a juicio del PSOE, la ruptura por el nacionalismo democrático del Pacto de Lizarra, que fue la cobertura política del acuerdo alcanzado en septiembre de 1998 entre el PNV y la banda armada, que culminó con una tregua de 14 meses, rota en noviembre de 1999.

El PSOE baraja compaginar una doble fórmula: un diálogo con todos los partidos para intercambiar información y debatir la estrategia política en sede parlamentaria y la potenciación de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para cuestiones de tipo operativo que requieran discreción, con comparecencias regulares del ministro del Interior, presumiblemente José Antonio Alonso. De la Comisión de Secretos Oficiales forman parte todos los grupos parlamentarios, salvo el Mixto. Esta propuesta fue adelantada al líder de IU, Gaspar Llamazares, el miércoles, en la reunión que mantuvo en el Parlamento con los representantes socialistas Jesús Caldera y Alfredo Pérez Rubalcaba.

Zapatero también pretende cubrir otro vacío importante en la política antiterrorista, la ausencia de relaciones institucionales con el Gobierno vasco que preside Juan José Ibarrexte, pese a las discrepancias políticas de fondo que mantienen sobre el llamado Plan Ibarretxe. Considera necesario que las meras relaciones operativas entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza, hoy existentes, se vean potenciadas en el terreno institucional con la recuperación de las relaciones con el lehendakari Ibarretxe y, en el ámbito de los partidos, con el PNV, para reforzar aún más la lucha contra ETA.

El líder socialista pretende también adoptar nuevas iniciativas de apoyo a las víctimas del terrorismo. "Los españoles tenemos una deuda impagable con quienes sufrieron la barbarie", señala Zapatero.