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El presidente del Bundesbank renuncia definitivamente a su cargo por aceptar la invitación de un banco

Al final cedió a las fuertes presiones políticas y mediáticas: el pre-sidente del Bundesbank, Ernst Welteke, dimitió ayer definitiva-mente de su cargo, tal y como desde hace días solicitaba el Gobierno alemán. Tras conocerse que él y su familia dejaron que el banco Dresdner Bank les sufragara cuatro noches en un hotel de lujo a finales de 2001, el directorio del banco central destituyó temporalmente a Welteke la semana pasada.

Welteke y el Bundesbank, banco central alemán, pretendían esperar a los resultados de una investigación abierta por la fiscalía hasta tomar una decisión. Pero nuevas acusaciones contra el "banquero juerguista", como la prensa amarillista comenzó a llamarlo, parecen haber precipitado la renuncia definitiva.

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El profesor de Economía Alex Weber, probable sucesor de Welteke al frente del Bundesbank

La dimisión, dada a conocer ayer en un escueto comunicado del Bundesbank, pone punto y aparte a un fuerte encontronazo entre el Gobierno y el banco central. Hace dos semanas, tanto el semanario Der Spiegel como el Ministerio de Finanzas, dirigido por Hans Eichel, recibieron varias cartas anónimas con facturas que demostraban que Welteke y su familia se alojaron cuatro noches en el hotel Adlon de Berlín por cuenta del Dresdner Bank. Esta entidad había organizado un acto en la capital alemana el 31 de diciembre de 2001 para dar la bienvenida al euro. La factura del banquero ascendió a 7.661 euros.

El Gobierno rápidamente se distanció de Welteke, que no mos-tró mayor arrepentimiento por su conducta, pese a que, con un salario de 350.000 euros anuales, es el funcionario mejor pagado en Alemania y entre sus labores figura también la supervisión bancaria. Antes de que se conociera este caso, el canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, ya había criticado duramente los exorbitantes salarios percibidos por los directivos de las grandes empresas alemanas. El comportamiento del presidente del Bundesbank encajaba mal en este discurso, crucial para aplacar la ira ciudadana por los sustanciales recortes al Estado de bienestar impulsados desde el Gobierno.

El cese temporal de Welteke, anunciado el pasado 7 de abril, condujo a una especie de tregua que se rompió tras el descanso de Semana Santa. En los últimos días circuló por la prensa toda clase de especulaciones sobre el supuesto interés del Ministerio de Finanzas en deshacerse del presidente del Bundesbank. El mismo Welteke adujo ayer como razones para su dimisión "el continuado desprecio por la independencia del Bundesbank" y el "irremediable daño" en su relación con el ministerio. Sin embargo, según informaciones de la televisión alemana, la dimisión se precipitó por nuevas evidencias en torno a otras invitaciones aceptadas por Welteke, entre ellas una de BMW para asistir al Gran Premio de Montecarlo.

La semana pasada, el Ministerio de Finanzas aseguró que nombrará rápidamente a un sucesor. El mandato del nuevo presidente del Bundesbank se extenderá más allá de un posible cambio de Gobierno en 2006. Ahora, el banco central lo dirige su vicepresidente, el democristiano Jürgen Stark, considerado un halcón en política monetaria.

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