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Entrevista:REINA | Portero del Villarreal | FÚTBOL | Semifinales de la Copa de la UEFA

Los guantes de Zubi

Pepe Reina tenía 8 años cuando vivió uno de esos días inolvidables. Acompañado de su padre, bajó a los vestuarios de Mestalla y se topó de frente con su gran ídolo, Andoni Zubizarreta, el portero del Barça que acababa de ganar la Copa del Rey de 1990 al Real Madrid (2-0). "Me dijo que yo era su ídolo y se me ocurrió darle los guantes como un acto de respeto hacia su padre [que había sido guardameta del Córdoba, el Barça y el Atlético en los setenta]; el niño me dijo que un día llegaría lejos. Se me quedó la frase", recuerda Zubi, director general del Athletic.

Y ahora, 14 años después, Reina conserva esos guantes como oro en paño y está empezando a cumplir su promesa. A sus 21 años, ya ha conseguido dos registros considerables: en la Liga ha detenido cinco de los ocho penaltis que le han lanzado (a Javi Guerrero, Kovacevic, Fabiano, Pandiani y Eto'o), además de adivinar la dirección de los tres que le marcaron (Christian Álvarez, Reyes y Eto'o); mientras, en la UEFA, permanece imbatido en los ocho partidos del Villarreal en su estadio (incluidos los de la Intertoto).

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Sobre los penaltis, Reina no quiere ni oír hablar de que es un especialista. "Me da vergüenza que me llamen parapenaltis", dice con indignación, pues, siguiendo los consejos de su padre, quiere mantenerse a ras de suelo. "Son rachas o suerte", agrega, si bien admite que atesora virtudes que le ayudan: "la potencia, la envergadura y el aguantar hasta el último momento. También veo los repasos de la jornada y tomo nota". "Son rachas", abunda Zubizarreta. "Dentro de 10 años, ya veremos (...). Yo paré más penaltis de los que la gente se cree".

Lo mismo piensa el preparador de porteros del Villarreal, Enrique Basauri, ex arquero del Valencia, que apunta al lado que más ha tenido que trabajar su pupilo: "Las salidas las ha mejorado mucho y aún las debe mejorar". Mucho ha crecido Reina y a ello ha contribuido la leal competencia con su suplente, López Vallejo, muy valorado por Basauri. También el buen ambiente de los entrenamientos, en los que siempre hay apuestas de por medio. Y, claro, como la mayoría de los porteros, el pequeño tributo a la superstición: cada semana, llena una botellita de agua de la fuente cercana a la iglesia de San Pascual, patrón de Vila-real, y se la lleva a los partidos.

Otro rasgo destacable del joven arquero son los pases largos del balón con la mano, a casi 50 metros. "Los ensayé sobre todo en el Barça, con Frank Hoek [preparador de porteros]. El Madrigal es pequeño y tenemos hombres rápidos". Ésa será una de las armas esta noche del Villarreal ante el Valencia, pero hay otras: "La ilusión, la frescura con la que llegamos y que nos hemos volcado en esta competición".

Reina llegó a La Masia con 13 años. Debutó a los 18 en el primer equipo, pero decidió marcharse porque, en ese momento, le venía "un poco grande". En junio, el Barça tiene una opción de recompra sobre él por dos millones de euros. "Me dolería irme, porque aquí estoy muy bien, pero seguro que lo que haga estará bien", responde Reina, que alimenta su ilusión de ir a la próxima Eurocopa de Portugal como tercer portero.

Reina, en un partido.
Reina, en un partido.ÁNGEL SÁNCHEZ

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