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LA FIESTA DE LA ROSA Y EL LIBRO

Primer Sant Jordi con la izquierda en el Gobierno catalán

Mas rechaza participar en el viaje oficial del presidente a Marruecos

Enric Company

La recepción oficial de ayer en el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat con motivo de la festividad de Sant Jordi, patrón de Cataluña, tuvo "el mismo envoltorio" que en los últimos 25 años, pero señaló un momento histórico muy específico. Se celebró por vez primera a invitación de un presidente socialista, Pasqual Maragall, y de un Gobierno formado por las tres fuerzas de la izquierda catalana tras dos décadas de hegemonía del centro derecha nacionalista. El programa fue el mismo, misa incluida, pero con otros anfitriones.

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Quien señaló que la celebración de ayer tenía el mismo envoltorio que otros años pero era políticamente muy distinta fue una diputada de Iniciativa, Dolors Camats, pero era lo que pensaban todos los invitados. También lo decía, a su manera, un invitado que fue protagonista durante los años de dominio convergente, Macià Alavedra, ex consejero de Gobernación y de Economía en varios gobiernos de CiU. "Estaréis contentos, lo tenéis todo", decía a sus interlocutores.

El ex presidente Jordi Pujol acudió a la invitación de su sucesor. Asistió a la misa oficiada a las nueve horas en la capilla del Palau de la Generalitat por el cardenal Carles y luego se fue, sin quedarse al desayuno. Los invitados de ayer eran las representaciones sociales, económicas, culturales, religiosas y políticas como cada año. Aunque con alguna diferencia. Esta vez había menos altos cargos de la Administración de la Generalitat, que es lo que en años anteriores aportaba una sobrerrepresentación del universo convergente. Eso redujo significativamente el número de invitados.

La asistencia a la recepción reflejaba desde luego que las autoridades de este país son ahora casi todas de izquierdas. Los miembros del Gobierno catalán, el alcalde de Barcelona, el presidente de la Diputación. Aunque no todas: la delegada del Gobierno, Susanna Bouis; el Síndic de Greuges, Anton Cañellas; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Guillem Vidal. También estaban las representaciones de todos los grupos parlamentarios y algunos miembros de anteriores gobiernos. Acudieron como siempre a la invitación las más destacadas representaciones económicas, empezando por el presidente y el director general de La Caixa, Ricard Fornesa e Isidre Fainé, respectivamente.

Maragall y el jefe de la oposición, Artur Mas, se saludaron cordialmente como es de rigor en estas ocasiones. En respuesta a la pregunta del presidente, Mas le anunció que ha decidido rechazar la invitación a acompañarle en el viaje oficial a Marruecos. El líder del grupo parlamentario de CiU le dijo al presidente que este rechazo quiere ser una protesta por la decisión del Gobierno de Maragall de cerrar una de las dos oficinas de la Generalitat en Marruecos, la de Casablanca, creada por el anterior Gobierno a impulso del propio Mas. Maragall afirmó después que respetaba el rechazo de la invitación, pero dijo también que le parecía "una excusa".

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Maragall explicó a continuación que viajará a Marruecos acompañado por el presidente del Parlament, Ernest Benach, "con o sin Mas", porque a su juicio estos "son viajes institucionales y no sólo del Gobierno", por lo que entiende que el país debe estar representado en ellos por alguien más que por el Ejecutivo.

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