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LA POSGUERRA DE IRAK

El Congreso de EE UU pide explicaciones al Pentágono por las torturas de presos en Irak

Parlamentarios de los dos partidos exigen la comparecencia del secretario de Defensa Rumsfeld

El Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos mostraron ayer una indignación poco común frente a los abusos de militares y civiles estadounidenses en las prisiones de Irak. Apresurados a estudiar el caso en varias comisiones, políticos de todo signo lamentaron los episodios retratados en fotografías y en informes y criticaron al Pentágono por el secretismo, la parsimonia y la suavidad de las sanciones. Varios parlamentarios reclamaron la comparecencia urgente del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, para que explique estos "increíbles fallos de comunicación" con el Congreso.

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Rumsfeld trató de justificar el comportamiento del Pentágono al enumerar los cinco informes redactados en los últimos meses, y prometió "contundencia" en el castigo a los autores de los abusos. "Lo ocurrido es inaceptable", dijo Rumsfeld, en una rueda de prensa en el Pentágono, que se resistió a aceptar la posibilidad de que el comportamiento se hubiera extendido más allá de la prisión retratada en las fotografías. Para el secretario de Defensa, "el sistema ha funcionado" al comprobar las denuncias de malos tratos.

Según el senador Ted Kennedy, los abusos a prisioneros iraquíes recogidos en varias fotografías "no parecen un caso aislado". El político demócrata pidió una investigación para establecer el alcance de esas prácticas en las prisiones de Irak y Afganistán regentadas por tropas de EE UU, y exigió también que se determine la parte de culpabilidad que cabe achacar a empresas privadas.

El comité de las Fuerzas Armadas del Senado fue ayer el primero en iniciar una investigación más allá de las que ha realizado el Departamento de Defensa, zanjadas con unas pocas reprimendas disciplinarias y alguna destitución de mandos intermedios. Aunque Kennedy insistía en que las fotos "me parecen más el principio que el fin", el senador republicano John McCain dijo tener "la esperanza de que estos abusos no representen un patrón de comportamiento". McCain, que pasó cinco años como prisionero de guerra en Vietnam, exigió la comparecencia urgente de Rumsfeld en el Congreso, al igual que el líder de la minoría demócrata en el Senado, Tom Daschle.

Rumsfeld envió ayer a varios altos mandos militares a diferentes comisiones parlamentarias. El general de cuatro estrellas George Casey, segundo jefe del Estado Mayor del Ejército, dijo a los periodistas en los pasillos del Capitolio: "Estamos muy disgustados de que alguien haya podido infligir malos tratos a prisioneros de la forma que se ha visto en Irak. El Ejército es una organización basada en valores. Esas fotos [de presos] no son acordes con nuestra formación ni con nuestros valores".

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El presidente de la comisión, John Warner, aseguró que los acontecimientos le parecen "de los más graves que he conocido en más de 50 años".

Según la Casa Blanca, el presidente, George W. Bush, conocía la existencia de abusos y torturas desde hace meses, cuando el Pentágono comenzó a investigarlo en secreto, pero no había leído el informe del Departamento de Defensa ni había visto las fotografías hasta que saltaron a la opinión pública.

Desde Ginebra, la ONU se unió a la condena por "unos incidentes que deberían investigarse para que los responsables se sienten ante la justicia", dijo un portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, que desea una investigación propia pero se resiste a enviar un equipo a Irak por la falta de garantías de seguridad.

Hay al menos dos compañías implicadas junto a los soldados del Departamento de Defensa. Sorprendentemente, ni los trabajadores han sido despedidos de su empleo ni sus compañías han recibido una notificación del Pentágono sobre el comportamiento de sus empleados, a pesar de que figuran con nombres y apellidos en el informe más exhaustivo que realizó el Departamento de Defensa.

Las dos empresas, CACI y Titan, han confirmado que ninguno de sus empleados ha sido despedido y ha ensalzado el "correcto entrenamiento" de su personal. Ambas compañías proporcionan individuos dispuestos a ejercer tareas tan incómodas que ni siquiera el Pentágono las desea. Los trabajadores se convierten en una suerte de mercenarios dispuestos a vivir bajo el peligro de la ocupación a cambio de una salario tan elevado como para pagar sus deudas en unos pocos meses.

En la NBC, el abogado de uno de los policías militares investigados se quedó a un paso de justificar los abusos y aseguró que las fotos del comportamiento contra los prisioneros "estaban preparadas para manipular psicológicamente a los prisioneros antes de ser interrogados". Para que su cliente no cargue con toda la culpa, el abogado, Guy Womack, aseguró que las prácticas estaban "controladas y supervisadas por los servicios de inteligencia militares y otras agencias del Gobierno, incluida la CIA. Los soldados sólo cumplían órdenes", aseguró.

Un preso iraquí, <i>empacado</i> en hielo con plásticos, en la cárcel de Abu Ghraib.
Un preso iraquí, empacado en hielo con plásticos, en la cárcel de Abu Ghraib.REUTERS

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