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Reportaje:FÚTBOL

"Con Mandela no se podía perder"

El grito ronco de las vuvuzelas, unas trompetas plásticas que los espectadores llevan a los estadios, se mezcló con los saltos de alegría de la gente. El presidente de la FIFA acababa de abrir el sobre con el nombre del país elegido como sede del Mundial de 2010. Era Suráfrica.

La ceremonia fue seguida por televisión en todo el país gracias a pantallas gigantes instaladas en las principales plazas y estadios surafricanos. "¡Hemos estado esperando tanto tiempo! En el 2006 lloramos lágrimas de dólor y ahora para el 2010 lloramos lágrimas de alegría. Con el señor Mandela no hay manera de que Suráfrica y todo el continente pudiese perder. No sé qué podremos hacer por él porque siempre nos da esperanza", exclamó un ciudadano normal, Simon Mazhaga, en una calle céntrica de Johanesburgo.

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Antes de que se anunciara el ganador la tensión no se podía disimular. Algunas personas se arrodillaron a rezar, mientras otras simplemente contenían la respiración. Al conocer la elección la gente empezó a abrazarse. Hubo quien lloró y rió a la vez, y hasata quien se desmayó vestido con los colores de la bandera surafricana. En todo el país la gente sacó las banderas de Suráfrica y se unió a las comparsas que espontáneamente empezaron a recorrer las calles. Los automovilistas hicieron sonar sus bocinas.

La euforia permite prever que con la llegada del campeonato se crearán unos 100.000 puestos de trabajo, llegarán 300.000 turistas que reportarán miles de millones de euros de ingresos.

La gente vitoreó cuando Mandela subió lentamente los escalones que le llevaron al escenario y, sobre todo, al alzar con sus manos la dorada Copa del Mundial. Las personas corearon el nombre del Premio Nobel de la Paz como si les pudiera escuchar.

"Es la señal que demuestra que Suráfrica es un país de éxito, que hemos logrado la reconciliación y que tendremos un futuro más esperanzador", comentó Aubrey Mmakola, mientras abrazaba a la gente con los multicolores de la bandera surafricana pintados en su rostro. "Tendremos que demostrar a todo el mundo que no sólo Sudáfrica, sino que toda Africa, es capaz de contar con el Mundial. ¡Y la Copa tendrá que quedarse en África!", dijo Aaron Masinga.

El presidente Thabo Mbeki saltó con las manos en alto al ver el resultado en una pantalla de televisión instalada en los jardines del Union Building en Pretoria. "Ha sido una lucha de siete años. Hemos estado muy unidos en ella", dijo. "Estoy seguro", añadió, "de que en 2010 un equipo africano ganará el Mundial. Sálgamos todos a celebrarlo... ¡Adelante hacia el 2010!".

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