Siete homicidios imprudentes en la explosión pirotécnica de Rafelcofer
El Juzgado de lo Penal de Gandia celebró ayer el juicio oral por el accidente en la pirotecnia Hermanos Borredà, SL, de Rafelcofer, en mayo de 2000, que destruyó el complejo y causó la muerte a siete personas y heridas a otras nueve. Los fallecidos, excepto un cliente vecino de Pego, eran empleados de la firma familiar.
Vicente Borredà, gerente de la empresa y único imputado en el caso, dio ayer su conformidad al informe del fiscal, y aceptó las acusaciones de "siete homicidios imprudentes y cuatro delitos de lesiones imprudentes". Las penas por estos delitos podrían oscilar entre seis meses y un año de inhabilitación para el ejercicio de profesión.
Durante la instrucción, el ministerio público consideró además que la empresa "pudo incumplir los preceptos legales en materia de seguridad y formación" de los trabajadores. El responsable de la pirotecnia aceptó también la imputación de un "presunto delito contra los derechos de los trabajadores". Las penas en este caso rondarían entre los seis meses y los tres años de prisión.
Fuentes cercanas al caso aseguran que el fiscal ha considerado como atenuante, para rebajar las penas, el hecho de que la empresa "haya reparado" las indemnizaciones a los familiares de los fallecidos. La sentencia se hará pública en las próximas semanas y será firme, sin posibilidad de recurso.