El gran ayatolá Sistani exige la celebración de las elecciones
El gran ayatolá Alí al Sistani, máximo representante del clero chií en Irak y con millones de seguidores, ha exigido la celebración de elecciones en la fecha prevista (enero de 2005). Esta declaración la efectuó el miércoles, a través de su portavoz, tras reunirse con los otros tres grandes ayatolás vivos del país, que juntos forman la Hauze (una especie de Vaticano chií): Mohamed Said al Hakim, Bashir Najafi e Isaq al Fallad, según informó ayer el diario iraquí Al Zaman (Tiempo).
Sistani, que logró apaciguar mediante la negociación la revuelta de agosto del clérigo Múqtada al Sáder, dijo que estas elecciones son imprescindibles para dotar de legitimidad a las autoridades y lograr que el proceso avance. El ayatolá aceptó a comienzos de este año un retraso de seis meses, plegándose a la propuesta del entonces procónsul de EE UU Paul Bremer, pero no consentirá otro.
Sistani sugirió al primer ministro interino, Ayad Alaui, paciencia, que actúe "con calma y sabiduría en vez de utilizar la fuerza" y que libere a los presos cuya culpabilidad no ha sido establecida (son miles). También exige esfuerzos para la rápida reconstrucción de las ciudades dañadas por la violencia y compensaciones para aquellos que resultaron perjudicados en Nayaf.
Alaui y Sistani no tienen una buena sintonía. Son rivales en el diseño del futuro de Irak. La intervención del ayatolá para acabar con la rebelión de Nayaf no gustó al primer ministro ni a EE UU, partidario de liquidar el movimiento de Al Sáder. Sistani, que se reponía en Londres de una enfermedad, regresó a través de Basora por consejo de los británicos, mucho más habituados que los norteamericanos al complejo mundo árabe. La manifestación convocada por el ayatolá fue recibida a tiros por la policía en Kufa, vecina de Nayaf. Murieron más de 70 personas. Fue un aviso enrabietado de Alaui, quien a la postre ha salido muy debilitado.
