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CAE LA CÚPULA TERRORISTA

El Gobierno francés ya considera a la banda como un verdadero problema nacional

La operación es fruto de la larga cooperación entre los servicios de información de ambos países

La redada llevada a cabo ayer en el País Vasco francés se ha producido en vísperas de un encuentro entre los ministros español y francés de Interior, Antonio Alonso y Dominique de Villepin, previsto para el jueves próximo en París. No hacía falta esta reunión para justificar una operación policial que es el fruto de una larga cooperación, pero la intención de París es dejar bien claro hasta qué punto ha integrado el problema de ETA entre sus prioridades nacionales.

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La operación se ha producido en plena reorganización de los servicios antiterroristas franceses. Ahora existe incluso un equipo conjunto franco-español, al que todavía no se debe la espectacular operación de ayer en el País Vasco francés, que más bien es el fruto de una cooperación antigua con la Guardia Civil española. Pero la existencia de ese equipo demuestra lo lejos que Francia ha llevado su apuesta política por España. De Villepin dijo anoche que la operación es "un verdadero giro en la lucha contra el terrorismo vasco".

La reforma francesa acentúa la importancia de los servicios de información. En vez de asignar efectivos multiplicados a la brigada específica contra ETA (que las autoridades españolas demandan desde hace años), el Ministerio del Interior francés apuesta por una mayor movilidad operativa de Les Renseignements Généraux (Investigaciones Generales) y ha asignado a ETA una prioridad comparable a la del terrorismo islamista y los grupos corsos. Una sección de "investigación operativa" se ha formado en el seno de esa estructura policial, implantada capilarmente en todo el territorio y dirigida por un mando nacional centralizado.

En este momento, París está de acuerdo en que el riesgo etarra es elevado. Fuentes que conocen los entresijos de la cooperación piensan que la redada de ayer es la respuesta a la campaña veraniega de bombas "de baja intensidad" y a la voluntad declarada por la banda de seguir cometiendo atentados. El grupo de la izquierda abertzale Askatasuna denunció recientemente que "Francia y España se hunden en una dinámica represiva, cuyo objetivo es ocultar las cuestiones de fondo sobre el porvenir del País Vasco", unas palabras relativamente suaves en comparación con las de la propia ETA, que en su último comunicado afirmaba que el Estado francés "solamente ofrece una muerte lenta a nuestro pueblo". El ministro de Justicia, Dominique Perben, se felicitó anoche de la amplitud de la operación policial y precisó que la cifra de presos vinculados a ETA en Francia se aproxima ya a los 150.

La actividad de los simpatizantes de ETA en suelo francés, los lugares cada vez más distanciados en que ha instalado a su gente y la reivindicación constante de los territorios vascos de Francia han convertido a ETA en un problema nacional. Los nombres de los detenidos dicen apenas nada a los franceses, mucho más impresionados por los arsenales que se van descubriendo en su suelo. Esto es el gran salto cualitativo que se ha producido en los cuatro últimos años. En lugar de considerarlo como un problema "de otro país", al que se le metía mano sólo bajo presión de los sucesivos Gobiernos españoles -y de ahí las detenciones de la cúpula de Bidart y de otras operaciones del pasado-, el Ejecutivo de París ya ha integrado a ETA entre sus prioridades.

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El primer paso al frente lo dio el Gobierno de izquierdas, dirigido por Lionel Jospin. En otoño de 2001, una ministra de Justicia que pasó muy inadvertida, la bretona Marilyse Lebranchu, promovió las reuniones que desembocaron en la creación del mecanismo de las "entregas temporales" de etarras a España. También aceptó apoyar plenamente la "orden de arresto europea", aunque la entrada en vigor se haya hecho más tarde, con un Gobierno de centro-derecha en París. El actual ministro de Justicia, Dominique Perben, ha terminado de allanar todos los obstáculos jurídicos que se oponían a la euroorden.

Arrestos en cadena

Si el Gobierno de Lionel Jospin se ocupó ante todo de los aspectos legales, el Ejecutivo que le sucedió incrementó la cooperación policial. Bajo el mando de Nicolas Sarkozy como ministro del Interior no sólo han menudeado las detenciones, controles y registros, sino que la explotación de la documentación intervenida y de los interrogatorios ha llegado mucho más rápidamente a la policía española. Un experto reconoce que la información transmitida desde Francia ha estado en el origen de múltiples operaciones contra ETA en España.

Dominique de Villepin, actual titular del Interior, es un político de estilo distinto al de Sarkozy. En su cabeza cuentan la política y la diplomacia. La cooperación contra ETA sobrevivió a la crisis en las relaciones hispano-francesas provocada por la invasión de Irak (cuando el propio De Villepin encabezaba la postura diplomática contraria a la invasión); y ahora, De Villepin apuesta, por razones políticas y diplomáticas, por ir de la mano del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en el tratamiento del problema de ETA.

Un policía francés sale de la casa de Urrugne donde vivían Pedro María Alcantarilla y Lourdes Urdanpilleta.
Un policía francés sale de la casa de Urrugne donde vivían Pedro María Alcantarilla y Lourdes Urdanpilleta.JESÚS URIARTE

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