_
_
_
_
_
Entrevista:José Bono | Ministro de Defensa

"En el caso del Yak-42 no se dijo la verdad al Parlamento y se engañó a las familias"

Miguel González

En torno a la mesa donde se celebra la entrevista, en el despacho que ocupó Manuel Azaña en el Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército, se sentó José Bono con las familias de las víctimas del Yak-42 el pasado 22 de abril. Fue su primera audiencia como ministro. Miembros del antiguo equipo de Defensa le habían contado que los parientes de los militares fallecidos en el accidente aéreo de Turquía eran un problema engorroso y sólo buscaban dinero. Con palabras cariñosas, intentó disuadirles de la idea de exhumar a sus muertos. "Sería un proceso doloroso", les advirtió. Pero, tras la reunión, envió una nota al secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo: "Paco, en este asunto, la opinión de las familias es más importante que la de nadie".

"La verdad puede ser dura, pero nunca ruin. A Rajoy le dolió la verdad. Fue él quien dijo que esos aviones no habían tenido ningún accidente"
"Los principales responsables son los que mandaban y mentían, más que los que obedecían y se equivocaban"
"Creo que se sabía que los cadáveres estaban mal identificados desde el primer momento, por eso se impidió que se abrieran los féretros"
Más información
El fiscal pide la exhumación de 30 de las víctimas del Yak-42

El pasado jueves, desde la tribuna de invitados, una veintena de familiares asistieron al pleno del Congreso sobre el Yak-42. "Quizá nunca alcancemos a saber todo cuanto sucedió [...], pero hoy sabemos lo suficiente para poder establecer un relato de hechos construido desde la verdad...", comenzó el ministro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pregunta. El secretario general del PP, Mariano Rajoy, dice que, pese a sus convicciones religiosas, usted no fue misericordioso en el debate, sino hasta ruin.

Respuesta. La verdad puede ser dura, pero nunca ruin. A Rajoy le dolió la verdad. Algunas de las citas que utilicé, y tuve la cortesía de no citar el autor, eran suyas. Por ejemplo, la que decía "no se ha producido antes un accidente con este tipo de aviones y no es justo hablar de las malas condiciones técnicas del avión", cuando los Yak-42 habían sufrido seis siniestros, con 526 víctimas mortales. La mentira es la mejor medicina para llegar y seguir en la oposición.

P. Usted afirmó que, a la hora de buscar responsables, no debía mirarse sólo a los uniformados, pero hasta ahora ellos son los únicos que han pagado.

R. Al ministro de Defensa se le ha encomendado la dirección de los ejércitos. No soy quién para dictar las normas de actuación del Parlamento o de las fuerzas políticas. Y no soy el juez ni el fiscal del señor Trillo. Pero no soy ciego: sería tremendamente injusto suponer que las únicas responsabilidades pertenecen al ámbito militar. Los principales responsables son los que mandaban y mentían, más que los que obedecían y se equivocaban.

P. Su antecesor en el cargo, Federico Trillo-Figueroa, dijo en el pleno que la contratación de los vuelos estaba delegada en el Estado Mayor de la Defensa y que él carecía de cualquier responsabilidad. No sé si hablaba desde el punto de vista administrativo pero, políticamente, parece difícil aceptar que en el Ministerio de Defensa haya órganos que escapan de la responsabilidad del ministro.

R. Es cierto que la contratación estaba residenciada en el Estado Mayor de la Defensa, pero todos los órganos del Ministerio están jerárquicamente subordinados al ministro. No son islas que actúen al margen de esa dependencia. Nunca se pueden atribuir responsabilidades a los inferiores por parte de los superiores a no ser que hayan desobedecido las órdenes dadas, en cuyo caso debieron ser corregidos.

P. Trillo dijo en el Congreso que sólo cabe exigir responsabilidad política cuando exista conocimiento y voluntad, de forma que el gobernante no sería responsable de ningún acto que no conozca o no ejecute voluntariamente. ¿Comparte su opinión?

R. Cada uno es responsable directo e inmediato de sus propios actos y, entre ellos, están los nombramientos que hace o propone. Incluso los ceses que, creyendo que debían hacerse, no hicieron.

P. En este caso no hubo ceses con el anterior Gobierno.

R. Ni ceses, ni dimisiones, sólo ascensos. Treinta errores sobre treinta identificaciones requiere algo más que un ascenso a teniente general y un sueldo de 23.859 euros al mes.

P. ¿Hay algún destino en Defensa tan bien retribuido como el que se dio al general Beltrán?

R. Ninguno. Y me parece escandalosamente alto si se compara con los sueldos de los demás profesionales de los ejércitos.

P. Se ha hecho mucho hincapié en el cambio del avión Tupolev inicialmente previsto por el Yakovlev. De todas las decisiones, ésa parece la única guiada por el celo, aunque fuera excesivo para un ahorro de 6.000 euros.

R. Yo no culpo a nadie de la muerte de 62 españoles. Siempre he salvado la buena fe, pero digo que se cometieron muchos errores y negligencias, que se tentó a la suerte y que uno de los eslabones de la tragedia fue el cambio de avión invocando un ahorro llamativamente pequeño si se compara con la falta de diligencia para defender el seguro de los viajeros, que ha costado a España 4,2 millones de euros.

P. ¿Se ha hecho algo para recuperar ese dinero?

R. El contrato prohibía la reclamación judicial y obligaba a un régimen de arbitraje que ahora tenemos que emprender. Espero que la agencia NAMSA de la OTAN sea solidaria para reclamar lo que ya se ha adelantado a las familias de las víctimas del bolsillo de todos los españoles.

P. Defensa sólo se enteró de que se había esfumado el seguro después del accidente. Es probable que en vuelos anteriores sucediera lo mismo. ¿Se le han pedido cuentas a NAMSA-OTAN?

R. Me interesa más la vida de los soldados españoles que el prestigio de NAMSA-OTAN. La decisión que he tomado, con el apoyo del presidente del Gobierno, es que nunca más se viaje en esos aviones basura, como los denominó el presidente del SEPLA [Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas]. En un avión al que no quiero que suba mi hijo no debo subir a los soldados.

P. Usted dejó en el aire la posibilidad de que hubiera lucro ilícito en el alquiler del Yak. El hecho de que se subcontratara a cinco empresas para un solo vuelo resulta al menos chocante.

R. El ministro de Defensa no puede hacer afirmaciones sin pruebas y cuantas hice en el Congreso están documentadas. Sospecho que, si lo que tenían que pagar las empresas lo paga España, 4,2 millones de euros, es porque alguien se ha beneficiado ilícitamente, pero ignoro su nombre.

P. ¿Se llegará a saber?

R. He ordenado que se investigue. No tanto para recuperar el dinero sino porque, aunque quiero pasar la página, no consentiré que con esa excusa entierren la verdad y las responsabilidades.

P. El jueves citó informes que no se enviaron en su día al Congreso. ¿Se ocultó información?

R. Hablé de quejas escritas sobre estos aviones de las que el Parlamento no había sido informado.

P. ¿Mintió el anterior ministro de Defensa cuando negó que hubiera quejas sobre la seguridad?

R. Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa. Lo único que puedo asegurar tajantemente es que no se dijo la verdad, porque había quejas, reiteradas y graves, referidas a la seguridad de los aviones, y se dijo lo contrario. ¿Error o mentira? No me pronuncio porque quiero ser respetuoso hasta con los que no me respetan.

P. ¿Mintió el anterior ministro cuando dijo, en su segunda comparecencia parlamentaria, que los pilotos habían descansado y que no superaron el tiempo máximo legal de actividad?

R. La cifra de 17,15 horas que dio es falsa. En el momento del accidente llevaban 23 horas y 26 minutos de viaje. Se superaron con mucho los límites establecidos en la legislación española.

P. ¿Se engañó a las familias cuando se les negó que se guardaran muestras de ADN?

R. En este caso no hubo error. Lamentablemente tengo que decir que se les engañó. Porque quienes afirmaron que no había muestras de ADN habían firmado un acta, en castellano cervantino, donde se acreditaba lo contrario. Los ciudadanos comprenden los errores, pero difícilmente disculparán los engaños del Yak.

P. ¿Desde cuándo sabía Defensa que los cadáveres estaban mal identificados?

R. Yo creo que desde el mismo instante en que, en la base de Zaragoza, se dijo a varias familias que bajo ningún concepto se podían abrir los féretros.

P. Uno de los aspectos más graves es que se ignorasen las quejas de los militares. ¿No debería eso encender las alarmas?

R. Y las ha encendido. Por eso he decidido que todo miembro de las Fuerzas Armadas pueda denunciar cualquier situación de peligro sin que esa denuncia pueda ser causa de represalia para su autor. En este proceso, junto al dolor por las muertes y el sufrimiento de las familias, he sentido rabia de que el capitán noruego que denunció ese mismo Yak tuviese una ministra que le escuchara, le hiciera caso, resolviera el contrato y hoy esté vivo. Mientras que los 62 militares españoles, muchos de los cuales habían protestado por el mal estado de los aviones, están muertos; entre otras razones, porque no se hizo caso a las quejas sobre las condiciones de seguridad que presentó el propio Ejército del Aire tres meses antes del accidente.

P. ¿Cuál es el objetivo de la anunciada reorganización del Estado Mayor de la Defensa?

R. Acabar con la rutina, incrementar la eficacia y desarrollar las potencialidades de nuestros ejércitos, que en muchas ocasiones son mayores que las de algunos de nuestros políticos.

P. Usted habló en el Congreso de la posibilidad de aplicar medidas correctivas a los militares responsables de la contratación del avión. ¿Ha renunciado a hacerlo?

R. Honestamente, en este asunto veo más responsabilidades políticas en quienes mintieron que responsabilidades militares en quienes se equivocaron. Hay veces en que las personas son más exigentes con los demás que consigo mismas y el nivel de autoexigencia también tiene que ver con el honor y la dignidad.

P. ¿Quién decidió la fecha y hora del funeral con los féretros que se celebró en Torrejón?

R. En la democracia española todas las decisiones y sus responsabilidades están siempre en el terreno del poder ejecutivo; es decir, del Gobierno. Apuntar a otros sitios es tan mezquino como cobarde. En el Congreso tuve ocasión de demostrar, leyendo sus propias palabras, que fue el ministro Trillo quien pidió urgencia a la hora de traer los cadáveres de Turquía.

P. ¿Ha remitido a la juez la documentación que reclamó?

R. Y alguna más. Se ha aportado el informe que solicitaba y también se le ha comunicado por el asesor jurídico que algunos datos incluidos no son exactos.

P. Se refiere al informe Fortún, que encargó el anterior equipo de Defensa y le exoneraba de toda responsabilidad.

R. Efectivamente. El PP quiso enterrar al mismo tiempo el dolor y la verdad.

P. A usted le acusan ahora de remover el pasado.

R. Dentro de una semana es el Día de los Difuntos y muchas familias españolas acudirán a los cementerios para honrar a sus deudos. Si un político del PP fuese padre de alguno de los que murieron en el Yak-42 y tuviese a su hijo enterrado bajo una lápida con nombre falso, no diría que es un tema del pasado. El dolor de las familias sigue muy presente porque les engañaron. En el fondo, a los jefes del PP le duele más la derrota electoral que la verdad sobre este caso. Cuando les faltan argumentos, les sobran insultos.

El ministro de Defensa, José Bono, el pasado viernes en la sede del Cuartel General del Ejército.
El ministro de Defensa, José Bono, el pasado viernes en la sede del Cuartel General del Ejército.GORKA LEJARCEGI

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_