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Greenpeace pide al fiscal general que Ercros limpie los vertidos tóxicos del Ebro

La Audiencia de Tarragona condenó en 2003 a la empresa a retirar los residuos tóxicos de Flix

La Audiencia Provincial de Tarragona condenó a Ercros en febrero de 2003 a limpiar los residuos tóxicos vertidos al río Ebro entre 1988 y 1993 por su factoría de Erkimia en Flix (Ribera d'Ebre). Pese al tiempo transcurrido, la sentencia, que no ha sido recurrida por la empresa, no se ha ejecutado porque, según la resolución judicial, aún debía acreditarse un "incremento considerable" de contaminantes, algo que, según Greenpeace, es lo que ha demostrado el estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que el pasado mes de septiembre destapó la existencia de estos vertidos contaminantes en Flix. La organización ecologista Greenpeace enviará hoy una carta al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, en la que exige que se cumpla aquella sentencia de hace casi 22 meses.

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La resolución judicial, a la que ha tenido acceso este diario, condena a cinco directivos de Ercros, a Erkimia y a la matriz Ercros al "saneamiento de las riberas y fangos del río Ebro" como responsables civiles de un delito continuado contra el medio ambiente. Sin embargo, este documento, fechado el 19 de mayo de 2003, señala que esta condena está sujeta a que se acredite mediante nuevos estudios que durante 1988 y 1993 se produjo un aumento en la concentración de contaminantes en el lecho del río. Esta ambigüedad en la redacción ha motivado que la sentencia aún no se haya ejecutado y ha servido de base a Ercros para negar que los tribunales la condenen a limpiar los fangos tóxicos.

Vertidos radiactivos

Tras el estudio del CSIC, que destapó la existencia de entre 200.000 y 300.000 toneladas de vertidos tóxicos y de baja radiactividad junto a Flix, Greenpeace considera sobradamente probado que Ercros vertió al Ebro contaminantes entre 1988 y 1993. Uno de los redactores del informe del CSIC asegura que la mayor parte de los materiales radiactivos se encontraron prácticamente en la cima de la montaña de residuos, que se eleva desde el fondo del río hasta la superficie. Asimismo, el CSIC asegura que una profundidad de un metro bajo la montaña de vertidos corresponde al año 1973, así que, según Greenpeace, las capas de vertidos más cercanas a la superficie corresponderían al periodo analizado por la sentencia de la Audiencia de Tarragona. Además, según los ecologistas, a este periodo también corresponde un aumento significativo de la producción en la planta de Erkimia de Flix.

Esta argumentación tiene fundamento, según fuentes del CSIC, que subrayan la dificultad de datar los vertidos con exactitud irrefutable. De hecho, Ercros niega que haya vertido lodos y desperdicios contaminantes al Ebro desde 1988, cuando comenzó a llevarlos a un vertedero ubicado en el término municipal de Flix y autorizado por la Generalitat.

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La sentencia de la Audiencia Provincial de Tarragona, que es firme porque nadie recurrió contra ella en su tiempo al pactar Ercros una sentencia de conformidad entre el fiscal y el abogado de la empresa, considera a los directivos y a las empresas autores de un delito continuado contra el medio ambiente. La resolución asegura que se incumplieron los requisitos legales exigidos para vertidos líquidos -que Ercros no niega que se produjeran- y la normativa sobre almacenamiento de productos tóxicos.

Por todo ello, Greenpeace considera "indignante" que aún no se haya ejecutado la sentencia y solicita el amparo del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido. En cualquier caso, esta sentencia no tendría efectos sobre los vertidos al Ebro realizados por Erkimia en un periodo no comprendido entre los años 1988 y 1993. De hecho, el informe del CSIC abarca un espacio de tiempo superior y señala que la mayoría de los vertidos tóxicos comenzaron a acumularse en el Ebro a principios de la década de 1970. En esa época Erkimia comenzó a producir bifosfato cálcico mediante un proceso industrial que genera residuos radiactivos que aún no están tipificados como tales por la ley.

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