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Liberado tras 20 horas de secuestro el obispo de Mosul

Enric González

El obispo sirio católico de Mosul, monseñor Basile Georges Casmoussa, fue liberado ayer tras apenas 20 horas de secuestro y sin que, según el Vaticano, fuera pagado el rescate de 200.000 dólares (153.000 euros) exigido por quienes le retenían. El obispo dijo que le habían tratado bien y en sus primeras declaraciones pidió a Estados Unidos que retirara sus tropas de Irak.

"Hay que hacer comprender a Estados Unidos que hace falta un plan para su retirada de Irak y que deben dar a los iraquíes la posibilidad de una soberanía plena, no limitada", declaró a la agencia Ansa. También, "como simple ciudadano", se mostró partidario de aplazar las elecciones previstas para fin de mes. "No me parece que sea el momento", dijo, "porque la situación es muy tensa y reina la inseguridad".

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"Me siento feliz de regresar a la sede del obispado, puedo decir que no me han maltratado; creo que todo ha sido una coincidencia y no me parece que hayan querido golpear a la Iglesia católica como tal", explicó. "Los secuestradores han sido muy correctos y en cuanto han sabido que yo era un obispo han decidido ponerme en libertad".

El obispo Casmoussa fue secuestrado el lunes por la tarde cuando caminaba por un barrio del este de Mosul, al norte de Bagdad. El grupo secuestrador, por el momento desconocido, le confundió con otra persona, según la hipótesis considerada más probable por la jerarquía católica iraquí, y reclamó un rescate de 200.000 dólares utilizando el teléfono móvil de la víctima. El portavoz de Juan Pablo II, Joaquín Navarro-Valls, aseguró ayer que no había sido pagado ningún rescate y que el Papa se sentía "muy satisfecho".

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En un primer momento, el Vaticano consideró que el secuestro de Casmoussa formaba parte de un acoso generalizado contra los católicos iraquíes. El nuncio apostólico en Bagdad, monseñor Fernando Filoni, dijo que el suceso estaba relacionado con "el clima de tensión preelectoral" y representaba "la culminación de una estrategia contra la Iglesia católica local, tanto de rito sirio como de rito caldeo". Ayer, sin embargo, Casmoussa (cuya casa fue tiroteada un mes atrás) y la jerarquía católica opinaron que el secuestro había sido consecuencia de una confusión.

Monseñor Emmanuel Delly, patriarca católico caldeo de Bagdad, dijo que no se conocía la identidad de los secuestradores, ni la de quienes la semana pasada retuvieron también brevemente a un sacerdote. "No se trata de ataques deliberados contra los cristianos, el problema es que Irak sufre una situación de caos", dijo Delly.

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