Los editores defienden la pluralidad

Editores y escritores estuvieron ayer de acuerdo: la pluralidad cultural es más necesaria que nunca en un mundo cada vez más globalizado. Coincidieron también en que las cosas han cambiado para bien. Francisco Galindo, secretario general de la Fundación Autor, uno de los asistentes a la mesa sobre edición y diversidad, recordó que el Gobierno del PP "rechazó el principio de diversidad cultural" y ni siquiera asistió a las reuniones preparatorias de la Unesco sobre la convención de la diversidad cultural. "Ya en el segundo año de su mandato quiso cargarse el precio fijo de los libros", añadió Jorge Herralde, de Anagrama.

Moderados por Salvador Clotas, director de la Fundación Pablo Iglesias, los participantes plantearon los diversos retos. El escritor Jaume Subirana, director de la Institución de las Letras Catalanas, habló de la situación de la literatura y la edición en catalán. "No queremos defenderlas porque sean mejores, sino porque son las nuestras". "Tenemos que hacer compatibles los criterios de exigencia, fidelidad a la lengua y universalidad".

Visibilidad

Federico Ibáñez, director de Castalia, reivindicó el papel de los editores independientes. Los bibliodiversos, como se les conoce, agrupados en la Asociación de Editores de Madrid, publican la revista Bibliodiversidad y acaban de editar un catálogo con los fondos de 57 editoriales. "Llevamos una lucha despiadada por la visibilidad", afirmó, y también "por la viabilidad".

Julián Viñuales, de Folio, señaló que otro de los problemas a que se enfrentan es el "trato discriminatorio", que sufren por parte de los bancos. Para Viñuales, el "respeto a la propiedad intelectual es garantía de diversidad"; y Herralde afirmó que sin una "buena red de librerías independientes no hay diversidad". El escritor Pedro Zarraluki afirmó que "no hay diversidad más radical que la de la literatura y, citando a George Steiner, reclamó "diversidad lingüística, social y cultural".

Más radicales se mostraron los asistentes al encuentro sobre el cine y el audiovisual. Los creadores pidieron al Gobierno medidas que impidan la compra por lotes de los filmes estadounidenses.

Los más pesimistas fueron los músicos, que se reunieron en Caixafórum. "Con el auge de las descargas ilegales, de aquí a 10 años nadie va a comprar un disco y ya estamos asistiendo al cierre de tiendas, de estudios musicales y a la drástica reducción de recursos", dijo Jaume Sisa.