Marihuana con fines terapéuticos
España va por buen camino en lo que se refiere a la política de las drogas (Cuatro hospitales catalanes dispensarán marihuana con fines terapéuticos, titular del martes pasado). El acuerdo entre el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña y el Ministerio de Sanidad sobre el plan piloto para suministrar marihuana con fines terapéuticos en hospitales es un primer paso importante hacia la normalización del debate sobre las drogas.
Lamentablemente, dicho debate siempre ha girado en torno a dos puntos extremos: la legalización y la prohibición de las drogas ilícitas tanto para fines terapéuticos como para el uso personal. Dado que las leyes nacionales e internacionales clasifican algunas sustancias como sustancias ilícitas, hoy en día, muchas buenas prácticas y formas innovadoras de tratamiento de drogadicción y tratamiento con drogas terapéuticas no reciben luz verde a la hora de la implementación. La consecuencia es que ciertas políticas como el intercambio de jeringuillas, la prescripción de marihuana o heroína con fines terapéuticos y el uso de los lugares de inyección todavía no han recibido el apoyo que merecen dados los buenos resultados en proyectos piloto y las pruebas científicas que respaldan muchas de estas iniciativas. Es la hora de ampliar la gama de proyectos basados en la ciencia y políticas pragmáticas que abordan el problema de un ángulo médico.
Al nivel internacional, el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971 subraya la importancia de asegurar disponibilidad de drogas con fines médicos y científicos. Sin embargo, el sistema internacional, formado por este Convenio y otros dos, no arroja luz sobre la cuestión de cuáles son las políticas que pueden adoptar los países sin infringir la ley. En 2008, cuando los Estados miembros de la ONU revisarán en una sesión especial de la Asamblea General el sistema actual de la política global de las drogas, basado en la llamada "tolerancia cero", hará falta un cambio para que políticas como el plan piloto acordado por la Administración catalana y el Ministerio de Sanidad puedan contribuir a la salud de pacientes y drogadictos en España y en todo el mundo.
