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Reportaje:60º ANIVERSARIO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

35.000 libros en Estados Unidos

En la sociedad estadounidense, la presencia de la Segunda Guerra Mundial es notable. Para Estados Unidos, que tuvo a 16 millones de hombres y mujeres alistados en las fuerzas armadas en aquella guerra en la que murieron más de 400.000 norteamericanos, fue uno de los acontecimientos decisivos del siglo XX. La sociedad forjó su imagen del mundo a través de la mirada que le proporcionó aquel conflicto en el que el país se consagró como superpotencia. Las continuas publicaciones, la iconografía derivada de las bandas de hermanos que lucharon y murieron en las trincheras europeas o en el Pacífico, la cultura cinematográfica que proporcionó la guerra y el peso electoral de los veteranos son algunas de las razones de esa presencia.

"Es fácil mantener el recuerdo porque es un momento de gloria para los norteamericanos"
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La hora de todas las víctimas

La Biblioteca del Congreso tie

ne, por ejemplo, más de 35.000 libros y documentos sobre la Segunda Guerra Mundial. Cada semana hay novedades: desde el análisis que dice que la batalla de Monte Cassino no mereció la pena militarmente para la sangría que supuso hasta un homenaje a los navajos que cifraron códigos secretos o a los soldados negros. La última y extraordinaria novela de Philip Roth, ]]>Plot against America,]]> está situada en aquella época. Las televisiones reponen ]]>El día más largo]]> y ]]>PT 109,]]> la patrullera en la que John Kennedy sirvió en el Pacífico. Las revistas recuerdan a los marines que plantaron la bandera en Iwo Jima. The New York Times habla de los veteranos de Iowa que acaban de reunirse con los supervivientes que liberaron en el campo de concentración de Ahlem, cerca de Hannover.

En el Mall, la explanada del centro de Washington que se extiende desde el Congreso hasta el monumento de Lincoln, se inauguró en mayo de 2004 el monumento que recuerda la Segunda Guerra Mundial y que es visitado diariamente por una media de 10.000 personas. "Cualquier día que uno va allí ve a personas que no se conocían, pero que se juntan y empiezan a hablar...

Hay una serie de bloques de piedra, cada uno con el nombre de una batalla. Los veteranos buscan las batallas en las que estuvieron y se quedan callados, pensando. Y de vez en cuando lloran. Así que para estos grupos de ancianos y para sus familiares es algo muy presente", señala Peter Eisner, escritor y periodista que acaba de publicar, en Estados Unidos y en España, ]]>La línea de la libertad]]> basado en la red clandestina de operaciones de rescate de los pilotos aliados derribados en la Europa ocupada.

Robert Grimes, de 83 años, es uno de ellos: "Tenemos un grupo que se llama Sociedad de Fuga y Evasión de las Fuerzas Aéreas, formado por pilotos y tripulantes cuyos aviones fueron derribados sobre Holanda, Bélgica, Francia y Yugoslavia. Nos reunimos todos los años. Cuando empezamos, invitamos a la gente que nos ayudó, gente de todos esos países que le he dicho. Les enseñamos nuestro país, les presentamos a nuestras familias... para agradecerles lo que hicieron por nosotros. Hay muchas organizaciones como éstas, de aquella guerra y de otras guerras. Algunas sólo militares, otras civiles. La memoria está viva".

Grimes recuerda haber partici

pado en reuniones organizadas por el Museo del Aire de Washington con pilotos alemanes de la guerra. La idea era separar a Alemania del nazismo. Según Eisner, "la amenaza nazi forma parte del folclore de este país, pero enfocada como el heroísmo del combate contra un mal terrible... Y eso se ha recordado miles de veces en libros, en el cine". En su opinión, "es fácil mantener el recuerdo de la Segunda Guerra, porque es un momento de gloria para los norteamericanos. Fue una guerra moral, una guerra necesaria. Comparada con la de Vietnam, que creó un complejo terrible, aquella guerra llena de orgullo a este país". Los veteranos, los de las guerras que se recuerdan con orgullo y las que se recuerdan con vergüenza, son 26 millones en Estados Unidos. Los políticos cortejan su voto en todas las elecciones. Es otro factor para el recuerdo. Y otro más: el hecho de que Estados Unidos tenga a 150.000 soldados en Irak y Afganistán.

Se conmemora en estos días el 60ª aniversario de la toma de Iwo Jima. El 23 de febrero de 1945, un grupo de marines levantó la bandera de las barras y las estrellas en la cima del monte Suribachi. La foto de Joe Rosenthal se convirtió en un símbolo que perdura. Según el historiador Arthur Herman, "mientras los estadounidenses cultiven la memoria de aquellos que lucharon en Iwo Jima y capten la crucial lección que ofrecieron a todas las sociedades libres, los totalitarismos nunca triunfarán".

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