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LA ESTRATEGIA ANTITERRORISTA

El presidente replica que su Gobierno ha detenido a tres terroristas cada semana, incluida la cúpula etarra

El debate sobre el estado de la nación presagiaba la reafirmación, ayer en el Pleno del Congreso, de una escalada en la política de acoso al Gobierno por parte del PP. Mariano Rajoy, líder de los populares, optó finalmente por dejar el discurso grueso para su conferencia de Sevilla.

Rajoy había cambiado su pregunta inicial en la sesión de control para interrogar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por qué no condenó públicamente los atentados de ETA del fin de semana. Sin embargo, hizo una finta parlamentaria: evitó la más leve referencia a su pregunta y consumió su tiempo con una diatriba contra Zapatero y su política antiterrorista, lanzándole advertencias y acusándole de ponerse en manos de ETA.

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El líder del PP comenzó diciendo que no pretendía "polemizar con esta intervención". Luego invirtió su tasado tiempo en hacer varias advertencias a Zapatero, como que "ETA le va a fijar a esta Cámara el calendario, los procedimientos y el contenido de un diálogo en el que se va a hablar de España. Como ellos mismos dicen, tienen la sartén por el mango". Y formuló una petición: "Retire la invitación de diálogo para hablar con ETA (...) y yo le apoyaré y no diré más".

Las dos mesas

La última advertencia fue doble: "En la llamada mesa por la paz le van a pedir los presos y algo más, y en la mesa política no le van a pedir menos que el plan Ibarretxe que hemos debatido aquí, le van a pedir que España deje de ser España y si usted no lo hace ellos tienen un procedimiento para romper ese acuerdo", en una clara referencia al terrorismo.

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Rajoy concluyó con una admonición dura: "Desgraciadamente, se ha puesto en manos de esta organización [por ETA]".

Zapatero respondió de forma brevísima e implícitamente contestó a la pregunta sobre la ausencia de condena a las bombas de ETA contra cuatro empresas de Guipúzcoa, que había anunciado Rajoy al Parlamento sin que, finalmente, la formulase en el hemiciclo: "El Gobierno practica la forma más efectiva de condena del terrorismo, que consiste en perseguir y encarcelar a los terroristas. La condena es tan firme, señor Rajoy, que se concreta en la detención de tres terroristas cada semana, incluida la cúpula de ETA, desde que estamos en el Gobierno". Luego, lamentó que Rajoy "ejerza el control parlamentario y la oposición con la política antiterrorista".

A Rajoy le quedaban algunos segundos de los dos minutos y medio de su tiempo reglamentario, así que el presidente de la Cámara, Manuel Marín, lo miró y le hizo gestos invitándole a consumirlos, pero el líder popular optó por el silencio y dejó claro que sólo deseaba lanzar el triple mensaje de su primera intervención.

Las interpretaciones sobre la actitud de Rajoy variaron: algunos diputados socialistas aseguraban que el líder popular lo único que había hecho era "fijar el mensaje del día anterior". Otros dirigentes del grupo y del partido lo interpretaban, sin dudarlo, como un "frenazo en la escalada".

Desde el PP se transmitió, oficiosamente, que Rajoy renunció a la pregunta sólo por centrarse en los mensajes de advertencia. Después, el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, le reprochó a la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que el líder socialista de Euskadi, Patxi López, recibiese a representantes de EHAK y manejó testimonios de socialistas vascos que lo criticaron.

De la Vega le replicó que confundía el control al Gobierno con valoraciones sobre los contactos de partidos y terminó con una frase lapidaria: "Ustedes tienen las mentes obtusas y los corazones emponzoñados".

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