Provincias, porcentajes, tendencias y resultados
La segunda jornada electoral gallega -la primera del domingo 19 de junio reflejó unos resultados tan ajustados que dejó pendiente el veredicto final- se cargó de emoción desde los primeros minutos. Era el escrutinio de voto emigrante más emocionante en la historia de la democracia. De cualquier elección en España.
Nunca unos residentes ausentes tuvieron tanto peso en el resultado de unas elecciones. Ayer, el voto de los argentinos, venezolanos, suizos o brasileños de Galicia tenían en su mano el futuro Gobierno de la Xunta. Algo tan trascendente como variar el rumbo ideológico de un Ejecutivo después de una hegemonía del PP casi completa en la historia de esa comunidad autónoma.
Por eso, los primeros sufragios escrutados en las distintas provincias eran recibidos por los partidos con una importancia especial y las lecturas que se hacían pretendían ser premonitorias de lo que vendría después.
Lugo fue la circunscripción que menos tardó en validar los votos emigrantes y comenzar el recuento. A las 20.30, con las primeras 1.000 papeletas escrutadas, el empate entre PP y PSOE anunciaba malas noticias para la candidatura de Manuel Fraga porque si la tendencia de Lugo era generalizable al resto de las provincias, los populares se alejaban de la mayoría absoluta.
En A Coruña, con las 100 primeras papeletas escrutadas, a las 21.00 de ayer, el 48% se había inclinado por el PP y el 43% por el PSOE. Con esos porcentajes, el PP tampoco llegaba a sus fines.
Con 1.000 sufragios, en Pontevedra uno de los interventores socialistas anunció un empate. Unos minutos antes, con el 1,65% de papeletas escrutadas, se apuntaba un 50% de votos para el PP por el 45% del PSOE. Insuficiente también para Fraga. En Lugo, con 3.600 escrutados, a las 21.05, el empate se mantenía. El PP seguía lejos de su deseo. Así cada minuto de cada hora de una noche que resultó especialmente larga y que confirmó el resultado de una semana antes.
