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Reportaje:

Guerra de precios en el cielo argentino

LAN Argentina intenta desbancar a Marsans bajando sus precios hasta un 30%

Alejandro Rebossio

A Marsans se le acaba la tranquilidad en Argentina. En junio aterrizó la chilena LAN y ya se ha desatado lo que algunos operadores turísticos califican de "guerra de tarifas" con Aerolíneas Argentinas. LAN Argentina opera sólo tres rutas internas, pero logró notoriedad porque bajó de media un 30% los precios de un mercado controlado en más de un 90% por la española.

La compañía española ya preveía la competencia, así que ha desembarcado en el mercado chileno con Aerolíneas del Sur
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La situación de Aerolíneas era muy distinta hace sólo cuatro años: 2001 había sido un año de crisis, no sólo por el 11-S y la depresión económica que atravesaba el país, sino porque la compañía y su subsidiaria Austral estaban a punto de desaparecer en medio de las peleas entre su entonces propietaria, la española Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), y los siete sindicatos que representan a los trabajadores del sector. A fines de ese año, la SEPI entregó la compañía a Air Comet, un consorcio liderado por Marsans, y, gracias a unos precios competitivos, comenzó a recuperar terreno.

En 2003 desaparecieron dos empresas locales: LAPA y Dinar. Sólo sobrevivió la competencia de Southern Winds (SW), que absorbió a los despedidos de aquellas dos compañías a cambio de una subvención del Estado para comprar combustible. Aerolíneas recuperó casi todo el mercado y quedó como único operador de diversos vuelos de Buenos Aires a capitales provinciales. Y como indica la ley del mercado, a menor oferta e igual demanda, mayor precio. A principios de este año estalló un escándalo de tráfico de drogas en vuelos de SW a Madrid. El Gobierno de Kirchner no le renovó la subvención, que finalizaba en marzo, y autorizó después de años de espera el ingreso de LAN al mercado argentino. SW ahora sobrevive con pocos vuelos, y los funcionarios presionan a Aerolíneas y a LAN para que contraten a los cientos de trabajadores parados.

LAN, una de las líneas aéreas más fuertes de Latinoamérica, finalmente comenzó a operar en Argentina en las vacaciones del invierno austral con ofertas de hasta el 45% menos que su competidora. Si Aerolíneas cobraba 159 euros (sin impuestos incluidos) por el trayecto de ida y vuelta entre Buenos Aires y Bariloche, el más importante centro de esquí de la Patagonia y Surámerica, la línea chilena ofreció 88 y así llenó el 98% de sus vuelos. Una estrategia similar siguió en los viajes a Córdoba y Mendoza. Aerolíneas reaccionó bajando las tarifas al mismo nivel. La empresa chilena pretende cubrir otras 25 rutas más dentro de Argentina. "Queremos ser una alternativa", dice un portavoz de LAN Argentina.

En Aerolíneas niegan que exista una guerra de tarifas, en contraposición a lo que anunciaba la portada del mayor periódico argentino, Clarín, la semana pasada. Hasta hace poco el presidente de Aerolíneas, Antonio Mata, criticaba al subsecretario de Transporte Aerocomercial, el ex sindicalista Ricardo Cirielli, por impedir el aumento de precios ante las subidas de los valores del combustible, el seguro, la mano de obra y el catering. Precisamente, Aerolíneas sufrió este martes la segunda huelga en dos semanas porque pilotos y técnicos reclaman un aumento de sueldo del 40%. Ese mismo día, la empresa recibió nueve amenazas de bombas y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, responsabilizó a los sindicatos.

Marsans ya preveía la competencia de LAN y por eso había seguido la estrategia de defenderse atacando: el año pasado ingresó al mercado chileno con Aerolíneas del Sur. También quiere competir con LAN Perú, y para eso está gestionando la autorización de ese país a Aerolíneas del Perú. El Gobierno argentino, mientras tanto, analiza la petición de 21 compañías para aumentar sus vuelos en este país, cuyo turismo viene aumentando desde la devaluación de 2002. Una de ellas es Aerolíneas, que pretende siete rutas internacionales más. Otra es Fly Azul, la empresa que quiere iniciar Martín Varsavsky después de una frustrada alianza con SW.

Mientras tanto, la línea aérea de bandera argentina se enfrenta con nueva competencia en rutas hacia Buenos Aires: desde enero pasado llega la brasileña Gol, la compañía de bajo coste que conquistó el 25% del mercado de su país a costa de las tradicionales Vasp y Varig. Todo sea por un mercado, el argentino, que visitaron el año pasado un 11,9% más de turistas extranjeros, hasta alcanzar la cifra aún modesta de 3,4 millones, y en el que entraron 28,2% más de divisas, hasta llegar a 2.067 millones de dólares.

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