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Reportaje:ALTERNATIVAS DE OCIO | Verano 2005

Ayudando a volar al quebrantahuesos

Cazorla acoge un campo de voluntariado ambiental para recuperar esta especie

Ginés Donaire

El quebrantahuesos dejó de sobrevolar Andalucía en los años ochenta. Desde entonces han sido muchos los intentos por recuperar el vuelo majestuoso de esta especie en vías de extinción, que llega a medir hasta tres metros con las alas desplegadas. Nació así el programa de reintroducción del quebrantahuesos, impulsado por la Consejería de Medio Ambiente y la fundación Gypaetus, una entidad sin ánimo de lucro que trabaja por la conservación de especies amenazadas.

Esta fundación es la promotora de un campo de voluntariado ambiental que, desde el pasado viernes y hasta el 28 de este mes, acoge en Cazorla (Jaén) a una treintena de jóvenes llegados de todo el país con un objetivo común: ayudar a que el quebrantahuesos levante muy pronto el vuelo.

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"Estamos poniendo nuestro granito de arena y concienciando a la gente sobre la necesidad de proteger nuestra fauna", indicó Antonio Carrasco, el coordinador de esta actividad que tiene su sede en el centro de cría Guadalentín, ubicado en la Nava de San Pedro, uno de los picos de la Sierra de Cazorla, a casi 2.000 metros de altitud. Este centro es el segundo en el programa europeo de cría en cautividad. Desde su apertura en 1996, con la llegada de los dos primeros quebrantahuesos jóvenes, el número de ejemplares ha ido aumentando hasta los 25 de la actualidad.

Juan César, un biólogo de Palma del Río (Córdoba), es otro de los coordinadores de este campo de trabajo en el que los jóvenes toman parte activa limpiando y construyendo jaulas, plantando arbolado o divulgando el proyecto de reintroducción entre los visitantes del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.

Acaban de instalar dos puntos de información en el centro de interpretación de la Torre del Vinagre y en el paraje de Arroyo Frío, advirtiendo sobre las amenazas con las que tiene que enfrentarse esta especie como los tendidos eléctricos. Los voluntarios pretenden señalizar los cables para evitar la colisión de las aves, pero existen otros peligros como los cebos envenenados, que han sido la causa de que la suelta de los primeros ejemplares criados en Guadalentín se haya pospuesto al próximo año. Los responsables del proyecto creen que las amenazas existen por la escasa concienciación de cazadores y ganaderos. "Tenemos que buscar el equilibrio para que estos sectores puedan desarrollar su actividad sin perjudicar a la fauna", explicó César.

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La mayoría de los voluntarios son estudiantes de Biología o Ciencias Ambientales y amantes de la naturaleza. Ese es el caso de Mario, Francisco, Mari Carmen o Santiago, los monitores de esta actividad que ha traído hasta Cazorla a jóvenes de Navarra, Murcia, Madrid y de casi todas las provincias andaluzas.

A finales de 1998 llegó a Cazorla la primera pareja reproductora. Eran el macho Joseph, descendiente de la pareja del zoo de Dresde (Alemania), y la hembra Zumeta, que llegó del zoo de la Garenne (Suiza). El 27 de febrero de 2002 nació el pollo llamado Andalucía, el primero reproducido en cautividad en España. En el siguiente ciclo también se obtuvo descendencia, Joker, y en el ciclo 2003-2004 se consiguió un tercer pollo, Colega, una hembra liberada en los Alpes italianos. Ahora sólo falta que remonten el vuelo.

Campo de Voluntariado Ambiental en el Centro de Cría Guadalentín de Cazorla. Para concertar visitas, en los teléfonos 647 73 40 06 y 637 13 63 37.

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