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Rockeros matemáticos y músicos informáticos

En Jurassic Park Michael Crichton dibujaba a un matemático adornado con el comportamiento propio de una estrella del rock. No fue un delirio, estos matemáticos existen.

Al menos eso afirma Andrés Lewin-Richter, secretario de la Fundación Phonos, y una eminencia en música electroacústica amén de ingeniero industrial, conocedor de los principios de programación informática y músico que colaboró con compositores como Xenakis o Varese.

Lewin-Richter es uno de los impulsores del ICMC, el congreso internacional de música para ordenador que por vez primera en España reunió la semana pasada en Barcelona a científicos, programadores informáticos y músicos de todo tipo, desde pinchadiscos a compositores de música contemporánea. "Hay pocas personas que sean a la vez tecnólogos, científicos y compositores, por eso nació el ICMC en Estados Unidos en los años setenta, para unir estos tres ámbitos interdependientes en el campo de la creación musical".

Durante una semana, las aulas de la Escuela Superior de Música de Cataluña y la galería Metrónom han visto el deambular de científicos movidos por tanta pasión como la que se atribuye a un músico y músicos con tanta precisión como la atribuida a un programador informático.

"Cada ámbito genera un problema que no puede resolverse sin el concurso de los otros dos", dice Lewin-Richter, que en su veteranía y desde el observatorio privilegiado de la Fundación Phonos -promotora del uso de nuevos medios tecnológicos, en especial informáticos, en la creación musical- se siente perplejo porque "el desarrollo tecnológico no va parejo a los hallazgos estéticos de muchos músicos jóvenes a los que becamos. Pese a dotarles con los últimos hallazgos muchos acaban en el revisionismo de volver a la tonalidad, al siglo XIX, a Mahler y Wagner".

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