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Manuscritos del pintor vendidos y encontrados en España

Los manuscritos de Leonardo pasaron por España. En la Biblioteca Nacional de Madrid se encontraron en 1967 por casualidad, al estar mal clasificados, dos cuadernos que se conocen como los Códices Madrid I y Madrid II, publicados en cinco volúmenes en 1974 en una edición conjunta de McGraw-Hill y Taurus. Charles Nicholl dice en la biografía del pintor que el Códice Arundel, que tiene la Librería Británica, se adquirió en España, de la primera colección de papeles de Leonardo que se trajo a España el escultor Pompeo Leoni cuando vino a trabajar en la corte de Carlos V y más tarde en la de Felipe II, cuyas obras se pueden ver en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial y en el Museo del Prado.

Nicholl establece la diferencia entre los códices, recopilaciones de manuscritos no realizadas por la mano de Leonardo y los cuadernos de notas, donde dibuja y escribe, que han llegado hasta nosotros y otros que se han perdido. "Los cuadernos de la Biblioteca Nacional son también la mitad códice, compuesto por distintos cuadernos escritos por el artista. Los temas habituales son de ingeniería, mecánica, física y escultura, donde figura un gran caballo en bronce, una escultura ecuestre de siete metros, con sus problemas técnicos, que proyectó para Sforza".

Canalización del Arno

Fecha los cuadernos de Madrid a finales de la década de 1490 y los comienzos de 1500, y en ellos se detalla una nueva canalización, por motivos militares, del río Arno desde Florencia hasta el mar. "Es una de las actividades menos conocidas de Leonardo, que dibuja con comentarios el sistema de diques y los fosos que ideó para cambiar el curso del río". Dice que lo más importante de estos cuadernos es que fueron descubiertos por casualidad, al estar mal catalogados, como si fueran documentos medievales de música. "Muchos libros y cuadernos se han perdido, pero este hallazgo nos hace ser optimistas para otros descubrimientos".

El investigador cree que había más manuscritos de Leonardo en España, pero que en el siglo XVII fueron comprados por coleccionistas británicos, como ocurrió con la colección real de Windsor y con el Códice Arundel. "Cuando vino a España, el escultor Pompeo Leoni se trajo muchos dibujos y cuadernos, que después fueron adquiridos por un coleccionista español llamado Juan de Espina".

El pasado vuelve con esta biografía, como el éxito de La Gioconda, "un cuadro bello y misterioso", que el artista guardó hasta su muerte, pero que sólo tuvo la repercusión actual cuando los románticos del siglo XIX la identificaron con una mujer fatal.

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