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FÚTBOL | Adiós al 'quinto beatle'

"Puedo ir a Alcohólicos Anónimos, pero será difícil ser anónimo"

"La publicidad fue un monstruo. Hice anuncios de todo tipo. Iba al cine y era engullido por la multitud. Fui el primer futbolista al que le sucedía esto, no había precedentes y, con 22 años, no supe llevarlo". Muchos años después de ganar en 1968 la Copa de Europa, George Best contempló el pico de su máxima popularidad como el principio del fin de su efímera carrera.

Una época en la que La Phonographe, uno de sus locales favoritos, "tenía las mejores chavalas de Manchester". "Me estaba viendo con una mujer cuyo marido era muy conocido en Manchester", cuenta en la biografía Bestie, de Joe Lovejoy, "llegaron amenazas para que la dejara. Sir Matt Busby [su entrenador en aquel United glorioso] me llamó y me dijo: 'Eres soltero y hay muchas chicas ahí afuera, encuentra una con menos problemas". Pero cuando la temporada acababa, Best cogía un vuelo y se largaba a Mallorca. "El ritual era pasar el día en la playa y la noche de fiesta. Éramos jóvenes, solteros, antes del sida, fueron meses de locura".

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La locura siguió durante años y nunca trató de ocultarla: "Dicen que me he acostado con siete miss Mundo, pero sólo fueron tres", manifestó el quinto beatle, siempre ingenioso ante la prensa: "Si me hubieran dado la oportunidad de regatear a cuatro defensas y marcar un gol desde 25 metros al Liverpool, o irme a la cama con Miss Mundo, habría sido una difícil elección. Afortunadamente, he tenido las dos, sólo que una de ellas la hice ante 50.000 espectadores".

Y nunca reprimió sus opiniones: "Considerar a Kevin Keegan una superestrella es mirar muy corto. Es un muy afortunado un jugador corriente que ha llegado al juego cuando no había grandes personalidades. No me llega ni para atarme los cordones de las botas". Algo mejor le caía Gascoigne: "Se le acusa de ser arrogante, borracho e incapaz de manejar a la prensa; suena como si pudiera parecerse a mí".

Claro que quien más sufrió los sarcasmos de Best fue Sir Bobby Charlton, compañero suyo en el Manchester. "Recuerdo a Bobby", diría Best, "levantando la vista, y, deliberadamente, no pasándome el balón pese a estar desmarcado. Yo hacía lo mismo. Me moría por oírle decir un fuck. Sabía que no le gustaban los tacos y yo los escupía más que nunca.

Éramos muy diferentes. Él estaba casado y no se mezclaba socialmente. Tras los partidos, yo me iría por ahí y él se reuniría rápidamente con su mujer. Envié a mi hijo a una de sus escuelas y regresó calvo". No contento con eso, en el día del homenaje a Charlton en Old Trafford, Best se marchó al pub Brownbull, se emborrachó y se puso a lanzar huevos contra un póster de su ex compañero. Charlton, por su parte, acusó a Best de egoísta y de jugar de cara a la galería, aunque, eso sí, enmarcó su actuación ante el Benfica, un 1-5 en los cuartos de final de la Copa de Europa de 1966. "Ese día no fue egoísta como solía. Si sentía el centro del escenario, con la gente adorándolo, comenzaba con sus trucos y regates innecesarios". Dennis Law, el goleador de aquel United, también recuerda esa cita: "Fue su mejor fútbol. Bestie estuvo grandioso".

La Copa de Europa fue la gran hazaña de este equipo. "Estábamos predestinados a ganarla", contó Best. "Éramos lo suficientemente buenos y era cuestión de tiempo. Múnich [donde murieron en accidente aéreo ocho jugadores del Manchester en 1958] era una motivación poderosa e implícita. Llegué al club en 1961, tres años después del accidente. Admiré el valor de Matt [Busby], Bobby [Charlton] y Bill [Foulkes] para volver a volar. Teníamos que conseguirlo por Matt. Todavía puedo ver su cara cuando saltó al campo tras el pitido final. No lloraba pero había una especie de halo en torno suyo". Busby, por su lado, siempre adoró a a su muchacho norirlandés: "Todos los entrenadores sueñan con encontrarse con un genio en su carrera, sólo uno. Yo fui afortunado y pude conocer a dos, Best y Duncan Edwards [uno de los fallecidos en Múnich], y los dos murieron a su manera, ¿verdad?". Respeto a sus charlas tácticas, Busby desveló: "Eran muy sencillas, yo les decía: 'cuando sea posible, dadle el balón a George". Terry Neill, otro futbolista de aquel conjunto, recordó así los entrenamientos: "Jugábamos partidillos de siete contra siete, y, muchas veces, acabábamos todos detrás de Best, que no soltaba el balón y no lo perdía. Eran muy divertidos".

Natural de Irlanda del Norte, Best no disputó ninguna Eurocopa ni Mundial pese a su enorme talento. "Los viajes con la selección eran como vacaciones. Bebíamos, nos reíamos y teníamos mucha actividad 'after hours".

Hasta el momento de su muerte, bromeó Best sobre sus problemas con el alcohol: "Puedo ir a Alcohólicos Anónimos, pero será difícil para mí ser anónimo". Y en 1999, en la ceremonia de entrega del futbolista del siglo, declaró: "Es un placer estar aquí de pie frente a ustedes, es un placer estar de pie...".

Otras veces, harto de los ataques a su mala vida, diría: "Me hace gracia cuando los periodistas hablan de mi vida desperdiciada; me ven como un ídolo caído. Esta gente que escribe está sentada en una oficina, de nueve a cinco, y no sé lo que gana, pero yo salgo y me pagan 5.000 libras por una entrevista. Y entonces pienso: ¿Quién está caído aquí?".

Best, en 2003, con trofeos ganados en los años sesenta.
Best, en 2003, con trofeos ganados en los años sesenta.Best

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