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Cancelar la deuda de los países pobres

El primer plenario presidido por Ricardo Blázquez, prelado de Bilbao, registró un pleno poco común, con la participación de 66 de los 67 obispos que hay en España -faltó por motivos de salud el de Huelva, Ignacio Noguer- y de los 11 obispos auxiliares, además de varios eméritos, entre los que destacó en la presidencia el cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles. Entre los acuerdos de esta nueva etapa destaca la aprobación de un documento en apoyo de la cancelación de la deuda de los países pobres. También se acordó invitar a Benedicto XVI a que venga a España, lo que seguramente ocurrirá el verano próximo para asistir en Valencia a un encuentro mundial de familias, quinto que celebra la Iglesia romana en su historia. No se descarta que con ese motivo el Papa haga cardenal al arzobispo de esa diócesis, Agustín García Gasco.

La carta de invitación al pontífice romano, firmada por Blázquez como presidente de la Conferencia Episcopal, no es inocente. Dice: "La presencia del Papa sería un aliento incomparable para la tarea de la nueva evangelización en la que se encuentran empeñadas nuestras Iglesias". Es una manera suave de decir que España vive una situación de misión, o como sostienen Rouco, el arzobispo primado de Toledo, Antonio Cañizares y algunos otros prelados, en "situación martirial y de persecución".

Esta visita del Papa se aprovecharía para poner en marcha también las celebraciones del V centenario del navarro san Francisco Javier, uno de los jesuitas más ilustres de la historia y patrono de las Misiones.

Memoria de Cáritas

El obispo Blázquez subrayó esta semana la tarea caritativa y misional de la Iglesia católica, la otra imagen de una confesión sumida con frecuencia en disputas con el Gobierno por poder o dineros. "Cáritas, con su multitud de obras que manifiestan la creatividad del amor; Manos Unidas, con una trayectoria larga de sensibilización y apoyo a proyectos humanizadores en el Tercer Mundo; las Hijas de la Caridad, galardonadas con el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia; muchas congregaciones religiosas dedicadas al servicio de los enfermos, ancianos, pobres y marginados; numerosos misioneros que acreditan la palabra del Evangelio con admirables obras de promoción social; tantos voluntarios que colaboran sacrificadamente en innumerables iniciativas caritativas y sociales... Todas estas realidades son rasgos que pertenecen al rostro de la Iglesia", dijo.

El documento sobre la deuda del Tercer Mundo aboga en la misma dirección, pidiendo "acciones concretas para que los más pobres tengan acceso a unas condiciones de vida digna". La campaña que ahora respaldan los prelados fue promovida por Cáritas, Manos Unidas, la Conferencia de Religiosos (Confer) y Justicia y Paz.

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