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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Los barones urgieron a cerrar el Estatuto durante el debate del Comité Federal

Dirigentes del PSC y de los socialistas de Extremadura se acusaron mutuamente de deslealtad

Carlos E. Cué

Unas horas antes del acuerdo, el Comité Federal del PSOE había cumplido las expectativas y apoyado a los negociadores del Estatuto catalán, pero con la exigencia, finalmente cumplida, de que lo cerraran cuanto antes para no "eclipsar" la agenda social del Gobierno. La sensación de que el pacto estaba cercano dominó la mañana. La única excepción la protagonizó la pugna cada vez más enrarecida entre el PSC y la federación extremeña. Los primeros calificaron de "traición" la última intervención pública de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y los extremeños reprocharon a los catalanes haber aprobado un texto inconstitucional.

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El comité comenzó con la notable ausencia de Ibarra y Bono, sin excusa, además de José Montilla, enfermo, y Felipe González, de viaje en México. La dirección, y especialmente el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, están muy enfadados con la última intervención del extremeño, que el jueves propuso parar la negociación para pactar el texto con el PP. Eso fue lo más comentado en los pasillos, pero en la sala sólo hubo apoyo cerrado a la negociación y ajuste de cuentas entre viejos rivales. Así se expresaron los dirigentes socialistas horas antes de que Zapatero y Artur Mas llegaran a un acuerdo.

Manuela de Madre (Cataluña). "Los negociadores han hecho un trabajo muy bueno. Hay que dejar claro que el PSC y el PSOE somos lo mismo. Nosotros asumimos la postura del Gobierno, estamos muy orgullosos de haber estado sentados a los dos lados de la mesa negociadora. Pero cuando decimos que Cataluña es una nación, no queremos negar que España también lo es. El PSC ha cumplido su compromiso, pero también Zapatero, porque sin desvirtuar la propuesta catalana ha garantizado su constitucionalidad y su funcionalidad. Sólo tenemos que lamentar la incomprensión interna de una parte del PSOE. Parar la negociación ahora y buscar un acuerdo con el PP [como pidió Ibarra] supondría traicionar el proyecto socialista y a los electores que lo votaron, dando la razón al PP".

Francisco Fuentes (Extremadura): "Estamos peor de lo que deberíamos estar con una gestión tan brillante. Se nos dijo, 'tranquilos, va a venir un Estatuto constitucional que no traerá ningún problema político para el PSOE'. ¡Menos mal! No voy a definirlo como una traición, pero lo que vino no es lo que se nos dijo. El Estatuto es como un toro empitonado que han soltado al ruedo. ¡Al menos podían haberle afeitado los cuernos!".

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José Acosta (Madrid): "Una parte de nuestro electorado, que nos vota desde el 77, está cuando menos perpleja. En el último Comité Federal nos prometieron un Estatuto plenamente constitucional, y no ha sido así. No se cumplió lo prometido. Sin esto estaríamos mejor". Fuentes y Acosta se quedaron solos en su crítica, porque los demás apoyaron el acuerdo sin fisuras, siempre que sea rápido.

Rafael Simancas (Madrid): "Como este debate es decisivo, pido la máxima responsabilidad para que termine cuanto antes y bien. Para evitar el desgaste del Ejecutivo, lo que debe hacer el partido es respaldar de manera cohesionada y con las menores originalidades posibles al Gobierno y a san Alfredo [Pérez Rubalcaba] -otro dirigente ironizó: "Yo le conocí cuando aún no era santo"-. Tenemos que mantener la unidad de mensaje, tanto si hay acuerdo como si no. El predominio de este debate no viene bien a nuestros intereses electorales". Simancas no se había enfrentado nunca tan claramente a Extremadura.

José María Barreda (Castilla-La Mancha). "Tenemos que llegar ya a un acuerdo bueno para Cataluña y para España, porque se está eclipsando todo. Cuidado con los tirones del último momento, hay que aguantar en la negociación, ningún estatuto puede contemplar privilegios económicos y sociales para una comunidad. Cuando lleguemos a un acuerdo habrá que exigir lealtad a todo el mundo, pero sobre todo a los nacionalistas. Hay que pedirles que cuando se cierre sea de verdad, que no haya peticiones posteriores".

Ramón Jáuregui (País Vasco), el más aplaudido del día, explicó: "Yo pertenezco a otra generación, pero veo que Zapatero está llevando adelante un proyecto ilusionante y de trascendencia histórica. Es tan reformista que ha logrado en año y medio una irritación de la derecha que Felipe González sólo consiguió después de 10 ó 12 años. Su proyecto termina con el universo simbólico de la derecha: familia tradicional, patria excluyente, sexualidad biologicista e identidad esencialista. Van a por él porque es modernidad, debemos estar más juntos que nunca. Hace falta que el partido se crea el proyecto, que acompañe al líder con más convicción". Zapatero le contestó luego que se sentía "inmensamente apoyado" en el PSOE.

Marcelino Iglesias (Aragón). "La peor de las opciones para resolver el Estatuto es dilatar el acuerdo. Hay que buscar el pacto ya, para evitar que tape las demás reformas".

Pasqual Maragall (Cataluña): "Cataluña y otras comunidades que aportan seguirán siendo solidarias pero reclamando las infraestructuras que requieren. Tarradellas hizo lo que debía, Pujol aguantó con dignidad, pero no pudo decir lo que ahora Cataluña dice y quiere, y es que es una nación en el marco de la nación de naciones que es España". Maragall criticó "la generalización del concepto de nacionalidad" a otras autonomías al margen de Cataluña, el País Vasco y Galicia, y pidió que las cosas "vuelvan a su sitio" para mantener la diferenciación entre nacionalidades históricas y regiones.

Pasqual Maragall, en el centro de pie, durante la reunión del Comité Federal del PSOE.
Pasqual Maragall, en el centro de pie, durante la reunión del Comité Federal del PSOE.GORKA LEJARCEGI

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