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EL FUTURO DEL ESTADO AUTONÓMICO

Zapatero da por hecho que ERC apoyará el nuevo Estatuto pese a sus pegas al pacto con CiU

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene previsto cerrar el martes el acuerdo político sobre el Estatuto de Cataluña con los líderes de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod y Joan Puigcercós, con un encuentro público en La Moncloa, pese a las reticencias que plantearon al texto del Gobierno en el almuerzo que ayer mantuvieron en el palacio presidencial. Fuentes de La Moncloa las consideraron ayer "totalmente superables". Zapatero logró ayer mismo, por la tarde, tras reunirse con ERC, el compromiso a favor -con ciertos matices- del presidente de ICV-EU, Joan Saura, a la propuesta del Estatuto, y, al filo de la medianoche del sábado, con el presidente de CiU, Artur Mas, con quien escenificará hoy el pacto, en una reunión pública en La Moncloa, con la presencia del portavoz de esta formación en el Congreso, Josep Antoni Duran. Zapatero, según sus colaboradores, califica de "histórico" el acuerdo alcanzado sobre el Estatuto.

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Las últimas reticencias de ERC al acuerdo sobre el Estatuto de Cataluña se refieren al término nación, recogido en el preámbulo del texto, ante el que podría abstenerse, así como a algunos aspectos sobre educación y justicia, que "se zanjarán" para el martes, según fuentes gubernamentales. Pero ayer, en Barcelona, Carod exigió públicamente un texto articulado y cuantificado del nuevo sistema de financiación como requisito para bendecir el acuerdo. Saura expresó estas mismas reservas respecto a nación y financiación.

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Mas y Duran, en Moncloa

Con las reuniones de hoy y mañana de Zapatero en La Moncloa con los líderes de CiU y ERC culminará la ronda sobre el Estatuto que inició en el palacio de la Presidencia con el líder de CiU, Artur Mas, la tarde del sábado y que seis horas más tarde, al filo de la medianoche, zanjó con éxito. A la reunión de hoy, a la una de la tarde en La Moncloa, asistirán Artur Mas y Josep Antoni Duran.

Zapatero decidió hace tiempo evitar su participación directa en la negociación del Estatuto de Cataluña hasta la fase final, aunque la ha seguido de cerca, a través del jefe de la delegación socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, e incluso, en algunos momentos, ha conversado telefónicamente con los principales líderes de los partidos catalanes, de forma más intensa en la última etapa de negociaciones.

El encuentro del sábado ha formado parte del proceso negociador, ya que el líder de CiU exigía una reunión privada con el presidente del Gobierno antes de llegar a un acuerdo sobre el Estatuto, como sucedió en septiembre, antes de que el Parlamento de Cataluña aprobara el texto. Fuentes de La Moncloa aseguraban ayer que dicha reunión era "indispensable" para que CiU apoyara el acuerdo. CiU, valoran en La Moncloa, es la primera fuerza política catalana y representa al nacionalismo moderado catalán.

Justo al finalizar la reunión del sábado, Zapatero convocó a los sorprendidos líderes de ERC, Carod y Puigcercós, para almorzar, ayer, en La Moncloa.

La reunión de Zapatero con Mas abordó los asuntos que la comisión negociadora del Gobierno socialista y los partidos catalanes no habían cerrado, tras varios meses de encuentros: la denominación de nación y la financiación.

Fueron Zapatero y Mas, personalmente, quienes dieron con una fórmula satisfactoria para ambas partes de denominación para Cataluña. La fórmula, que recogerá el preámbulo del Estatuto, dice: "El Parlamento de Cataluña recogiendo el sentimiento y la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña, ha definido a Cataluña como nación. Esta realidad nacional tiene su traducción en el artículo 2 de la Constitución española, que define a Cataluña como nacionalidad". El artículo primero del Estatuto quedará tal y como figuraba en el hoy vigente, de 1979, que califica a Cataluña como "nacionalidad".

Mas calificó la fórmula de "bien orientada" ya que, a su juicio, el texto del preámbulo identifica nación con nacionalidad y que, por primera vez en las historia, así lo reconocerán las Cortes. Zapatero aclaró a sus colaboradores que la redacción cumple lo acordado por el Gobierno socialista, esto es, que la denominación de nación carece de valor normativo al aparecer en el preámbulo y tiene, además, el "carácter descriptivo y no definitorio" que pretendía el Ejecutivo. La redacción, no obstante, no agrada a los republicanos, que insisten en que nación debe aparecer en el articulado.

En el capítulo de financiación, también lograron Zapatero y Mas un pacto satisfactorio. Según el acuerdo, Cataluña participará en un 50% del IRPF (hasta ahora lo hacía en el 33%); un 58% de los impuestos especiales (hasta ahora, el 40%) y un 50% del IVA (hasta ahora, el 35%). Asimismo, los impuestos compartidos se gestionarán a través de una agencia consorciada que se definirá en dos años.

El acuerdo de financiación se completó con un compromiso por parte del Gobierno socialista de inversión en Cataluña, durante siete años, en línea con el PIB catalán. También adquirieron un compromiso por el que Cataluña, tras su aportación solidaria al conjunto de España, no perderá posiciones en la clasificación por renta per cápita.

Mas subrayó ayer que el acuerdo supone un "salto adelante importante" en tres aspectos: incremento y blindaje de las competencias; reconocimiento de Cataluña como nación; y un nuevo modelo de financiación que, a su juicio, supone un cambio de sistema al fijar claramente los criterios de solidaridad interterritorial.

Por su parte, Carod Rovira aplaudió los significativos avances respecto a la financiación, pero la continuó considerando insuficiente. "Queremos un texto escrito y articulado y, sobre todo, conocer las cifras. Ahora son cuatro reales", demandó.

La Moncloa destacó que el acuerdo garantiza que "la solidaridad la decide el Estado" y un "único modelo de financiación para todas las comunidades", frente a la propuesta específica aprobada por el Parlamento de Cataluña. A su vez, "aumenta el autogobierno y la responsabilidad financiera de las comunidades autónomas".

La Moncloa califica de "histórico" el acuerdo, porque "culmina el proceso autonómico de Cataluña para una o varias generaciones" al "dotarla de mayor autogobierno, reconocer su singularidad sin privilegios y definir mejor sus competencias". También valora que el acuerdo político sobre el Estatuto catalán otorga a Zapatero "una autoridad que le permite afrontar con mayores garantías de éxito el reto vasco".

"Muy buen acuerdo"

Artur Mas, Josep Antoni Duran Lleida y Jordi Pujol, que comparecieron ayer ante los medios de comunicación, no se atrevieron a utilizar el mismo calificativo de "histórico", pero subrayaron que, pese a las renuncias, es un "muy buen acuerdo" para Cataluña y supone un "gran salto adelante".

Sin embargo, Mas advirtió de que CiU sigue teniendo como objetivo conseguir las demandas que figuran en el Estatuto aprobado en Cataluña. Carod se pronunció en idéntico sentido.

El líder de Convergència i Unió hizo un explícito llamamiento al Partido Popular para que se sume finalmente al pacto porque, dijo, el Estatuto "ni rompe España, ni los catalanes se lo van a llevar todo". Mas auguró que las comunidades gobernadas por el PP acabarán aceptando la propuesta de financiación pactada. Preguntado sobre si el pacto con Zapatero supone un cambio de alianzas en el Congreso, Artur Mas volvió a subrayar el deseo de su formación de implicarse más a fondo en la gobernabilidad. "Ya se verá si tiene consecuencias", afirmó enigmático.

El entusiasmo comedido de los dirigentes de CiU contrastó con el desagrado que mostraron los republicanos Carod y Puigcercós en su aparición ante la prensa. Carod no dio nada por cerrado y dejó claro que, por el momento, el acuerdo tan sólo supone un "insuficiente alto" y que, por tanto, Esquerra continuará las negociaciones con el PSOE.

El ecosocialista Joan Saura, por su parte, recomendará hoy a la dirección de su coalición que dé un condicionado al acuerdo a la espera de que se concrete el modelo de financiación, los criterios de solidaridad y algunos flecos en materia de justicia o cajas de ahorro.

De izquierda a derecha, Maragall, Carod Rovira, Saura, Montilla y Zapatero, en la Generalitat el día de la toma de posesión de Maragall, en 2003.
De izquierda a derecha, Maragall, Carod Rovira, Saura, Montilla y Zapatero, en la Generalitat el día de la toma de posesión de Maragall, en 2003.JOAN SÁNCHEZ

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