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Un largo recorrido hasta Cibeles

Fiel a su espíritu combativo, ayer, en su último acto público como secretario de Estado de Hacienda, quiso hacer un guiño a su propio futuro. Pidió al Banco de España que investigue el incremento de los billetes de 500 euros ("esos que llaman Bin Laden", porque todos saben que existen pero nadie los ha visto, bromeó). En ese momento, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) sabía de sobra que el viernes dejará el cargo para ser nombrado consejero en el palacio de Cibeles, donde, si las cosas no se tuercen, ocupará el puesto de gobernador para después de San Fermín.

Es muy posible que sea "la persona incontestable" a la que se refería Pedro Solbes cuando se le preguntaba quién era su candidato para gobernador. En cualquier caso, es el presidente del Gobierno el que tiene la última palabra.El pedigrí de MAFO parece suficientemente consistente como para ocupar el cargo de gobernador. Fue secretario de Estado de Economía y Comercio con los primeros Gobiernos socialistas. Posteriormente, tras un paso por el FMI y el Banco Mundial y de ocupar algunos cargos en empresas públicas, pasó a presidir en 1992 el recién creado Tribunal de Defensa de la Competencia, al que le dio cuerpo, e impulsó algunas liberalizaciones como la libertad de horarios comerciales y la de los colegios profesionales.

Sus obsesiones liberalizadoras se trasladaron, posteriormente, a la Comisión del Sistema Eléctrico Nacional (antecedente de la actual Comisión Nacional de la Energía), donde se convirtió en látigo para las compañías del sector por su oposición a los llamados Costes de Transición a la Competencia (los famosos CTC o el billón de las eléctricas), que, finalmente, cobraron las empresas, aunque recortados casi a la mitad. En este puesto tuvo una cohabitación, no demasiado pacífica, con el Gobierno del PP.

Posiblemente por ello, y pese a estar encuadrado en el ala más liberal del socialismo, la derecha (salvo excepciones) no le ha tenido demasiado cariño. Ni entonces ni en la nueva etapa de Gobierno socialista. Al aceptar su cargo como ministro de Economía, Solbes le llamó para que se ocupara de la Secretaría de Estado de Hacienda (la que le faltaba para la colección) y, dentro de ella, de la reforma fiscal que el Gobierno tiene previsto aprobar el viernes. Antes de su vuelta a la Administración, trabajó como asesor del Grupo PRISA (editor de EL PAÍS, del que fue columnista de economía) y dirigió Hora 25 de los Negocios en la SER.

Nunca ajeno a la polémica, nada más llegar declaró a este periódico que había que privatizar parte de TVE, lo cual levantó controversias dentro y fuera de su Gobierno.

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