_
_
_
_
_
Elecciones en Israel

Rice insinúa el apoyo de EE UU al plan israelí de retirada unilateral de Cisjordania

Olmert quiere anexionar a Israel los asentamientos judíos más importantes en territorio palestino

El primer ministro interino israelí, Ehud Olmert, logró ayer un tanto a favor de su plan de retirada parcial del territorio ocupado de Cisjordania, que pretende llevar a cabo sin que medie negociación con la Autoridad Palestina. La jefa de la diplomacia de EE UU, Condoleezza Rice, no descartó que Washington respalde la propuesta israelí, un apoyo imprescindible para que pueda prosperar. El partido de Olmert, Kadima, triunfó en las elecciones generales celebradas el martes sobre la base de esa iniciativa, inaceptable para cualquier dirigente palestino sin importar su militancia política.

En un lenguaje alambicado, la secretaria de Estado aseguró desde Berlín, donde se encuentra en visita oficial: "Yo no diría a primera vista que no pensamos que tiene cierto valor lo que están hablando los israelíes". Y añadió: "Por supuesto, a todos nos gustaría ver una solución negociada, que es de lo que trata la Hoja de Ruta". Pero este plan, diseñado por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU, es papel mojado casi desde su alumbramiento, en 2002.

La Autoridad Nacional Palestina -presidida por Yasir Arafat, y a su muerte, en noviembre de 2004, por Mahmud Abbas- no metió en cintura a las milicias armadas, que perpetraron ataques suicidas en suelo israelí. Y el Gobierno de Ariel Sharon y ahora el de Olmert tampoco han cumplido su parte: los asentamientos en Cisjordania prosiguen su expansión por el territorio ocupado en 1967.

Sin dar su apoyo explícito a la propuesta del primer ministro interino israelí, las palabras de Rice apuntalan la vía unilateral diseñada por Olmert, un camino ya alabado por la Administración presidida por George W. Bush con motivo de la evacuación de la franja de Gaza, finalizada en septiembre, sin contar con la Autoridad Nacional Palestina. La secretaria de Estado expresó ayer lo difícil que es imaginar una negociación con dirigentes del movimiento fundamentalista Hamás, que ha cometido 60 atentados suicidas y está incluido en las listas de organizaciones terroristas elaboradas por Washington y Bruselas. Se aferró Rice a la frase que repiten una y otra vez los políticos israelíes. "Si va a haber negociación has de tener un socio, y el Gobierno palestino no acepta una solución negociada", dijo la diplomática.

Si bien es cierto que el nuevo Ejecutivo de Hamás rechaza reconocer el Estado de Israel e insiste en que no entregará las armas, no es menos verdad que Abbas no se ha cansado de reiterar, desde que venció en las elecciones presidenciales, en enero de 2005, su disposición a negociar en cuanto la parte israelí lo desee. Siempre fue ninguneado.

"Es irrelevante", dijo de él la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, hace escasas semanas. Los enviados del Departamento de Estado a Oriente Próximo Elliot Abrams y David Welch se entrevistaron ayer con Olmert, con Livni y con el titular de Defensa, Saúl Mofaz.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha afirmado en más de una ocasión que la "nueva realidad demográfica" debe ser tenida en cuenta a la hora de fijar las fronteras entre Israel y un eventual Estado palestino. Una suerte de aval a la anexión que Israel pretende ejecutar y que supondría obviar la resolución 242 de Naciones Unidas, que en 1967, tras la guerra en la que el Estado judío conquistó Cisjordania y Gaza, exigió la retirada completa de los territorios ocupados palestinos. Es precisamente la preocupación por la demografía lo que ha guiado a Olmert para diseñar ese plan de retirada unilateral

El índice de natalidad de las mujeres árabes es muy superior al de las israelíes. En Cisjordania y Gaza ronda los cinco hijos por mujer. En 2020, sin un abandono de las zonas ocupadas, los palestinos (hoy 3,8 millones de habitantes en la franja y en Cisjordania) superarían a los judíos, que suman seis millones.

Salvar los asentamientos

Olmert esbozó durante la campaña electoral su plan. Los bloques de colonias más poblados (Maale Adumim, al este de Jerusalén; Gush Etzion, al sur de Belén, y Ariel, en el oeste de Cisjordania) permanecerían en el interior del Estado hebreo. Cien mil colonos residen en estos asentamientos, rodeados por el muro de hormigón de ocho metros de altura o por vallas metálicas. Hasta hace pocos meses, los dirigentes israelíes esgrimían sólo motivos de seguridad para justificar la construcción del muro, ilegal según el dictamen unánime de los 15 jueces del Tribunal Internacional de Justicia con sede en La Haya. Ahora hablan de que prefiguran las fronteras definitivas. Y queda por ver qué será del valle del Jordán, que separa Cisjordania de Jordania. Olmert ha señalado que esa frontera también permanecerá bajo control israelí.

La iniciativa de Olmert, que exige evacuar a entre 60.000 y 90.000 colonos, tropezaría, no obstante, con otro obstáculo nada desdeñable. Los fanáticos religiosos, que consideran Cisjordania -Judea y Samaria, en su terminología- una tierra otorgada por Dios a los judíos, han prometido fiera resistencia al desmantelamiento de los asentamientos.

Ehud Olmert (izquierda) y el presidente israelí, Moshé Katsav, en Jerusalén.
Ehud Olmert (izquierda) y el presidente israelí, Moshé Katsav, en Jerusalén.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_