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Reportaje:Fútbol | Final de la Liga de Campeones

"Una copita" con mucha historia

La competición más prestigiosa celebra su cincuentenario

La segunda Copa de Europa del Barça supone el undécimo título español, con lo que se rompe el empate entre las tres grandes potencias europeas, Inglaterra, Italia y España. Entre las tres han ganado 31 títulos de una competición que celebra su cincuentenario.

- 1956-1960. El Madrid de Di Stéfano. El Madrid gana las cinco primeras ediciones de la Copa de Europa con Di Stéfano a la cabeza de un equipo que entra en la leyenda con jugadores como Santamaría, Rial, Puskas y Gento. El fichaje de Di Stéfano en 1953 cambia el destino del club, que no había conquistado ninguna Liga desde el final de la guerra civil hasta la llegada del argentino. El Stade de Reims (1956), el Fiorentina (1957), el Milan (1958), otra vez el Reims (1959) y el Eintracht de Francfort (1960) son las víctimas del equipo español. La final frente al Eintracht marca el cénit del Madrid, que se impone en Glasgow por 7-3 con cuatro goles de Puskas y tres de Di Stéfano. La relación entre el club y la Copa de Europa cobra un carácter especial. Al torneo le debe el Madrid parte de su prestigio, pero también la Copa de Europa se benefició en su nacimiento de la consagración de un equipo inolvidable. Di Stéfano lo comenta a menudo: "Parece mentira que aquella copita se haya convertido en lo que es ahora".

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- 1961-1970. De Eusebio al 'catenaccio'.

El Madrid pierde su hegemonía en 1961. Después de cinco victorias consecutivas, el Barça derrota al Madrid en las semifinales. En Berna sale como favorito ante el Benfica, representante de un campeonato apenas conocido en Europa. El fútbol portugués no había dado señales de vida ni con su selección ni con sus equipos. Pero aquel Benfica se convirtió en uno de los equipos más poderosos del mundo, uno de los primeros en aprovechar el mestizaje, con jugadores procedentes de las colonias africanas. A la cabeza, un jugador maravilloso: Eusebio. Su potencia, velocidad y acierto en el remate le hicieron casi imparable. En contra de los pronósticos, el Benfica se impone al Barça en la final de Berna. Los goles de los húngaros Kocsis y Czibor, los dos en el final de su carrera, no impiden la victoria de los portugueses, que repiten el éxito en 1962, en Amsterdam. Su rival es el Madrid, que regresa a la final. Puskas anota tres goles y el Madrid llega con ventaja (3-2) al descanso. Pero la segunda parte es un recital de Coluna y Eusebio. El Benfica se impone por 5-3. El Milan gana en Wembley la siguiente final al Benfica con Rivera como figura. Es el primer éxito de un equipo italiano. Comienza la era del catenaccio, representado mejor que nadie por el Inter de Milán. Dirigido por Helenio Herrera, el Inter conquista el torneo en 1964 y 1965. En la final de Viena 64 acaba con una época del fútbol. Vence por 3-1 al Madrid en el último partido de Di Stéfano, que abandona el club enfrentado a Santiago Bernabéu. El Madrid regresa a la final en 1966. Se le conoce como el equipo ye-yé por la juventud de algunos de sus jugadores. Amancio y Serena marcan los goles de la victoria ante el Partizán de Belgrado. Allí comienza una sequía de 32 años en la Copa de Europa. El torneo galopa a toda máquina. Dos equipos británicos, el Celtic Glasgow y el Manchester United, ganan las dos siguientes ediciones antes de que comience a vislumbrarse la imprevista irrupción del fútbol holandés. En 1969 el Milan gana por 4-1 al Ajax. Lo que sucedió después cambió el fútbol.

- 1970-1980. La escuela del Ajax de Cruyff. El Feyenoord, un equipo sin tradición en Europa, llega a la final de 1970. El Celtic es favorito, pero sale derrotado por los holandeses, entre los que emergen tres jugadores sensacionales: Israel, Janssen y Van Hanegem. Holanda aparece como una nueva potencia con el memorable Ajax de los siguientes años. Con un fútbol en el que lo colectivo y lo individual se mezclaban con una perfección nunca vista, una versatilidad que se adecuaba a un sistema bien estructurado en el que prevalecía el ataque, el Ajax deslumbró los siguientes tres años y cimentó un mito. Su escuela es reconocible casi 40 años después. Cruyff era la estrella de un equipo de figuras: Haan, Neeskens, Krol, Rep, Keizer... Ganaron tres finales consecutivas y cedieron su trono al Bayern, vencedor de las siguientes tres ediciones con grandes jugadores -Beckenbauer, Müller, Breitner, Hoeness- y un fútbol decepcionante.

- 1976-1984. El reloj del Liverpool de Keegan. Los equipos ingleses dominan, en algunos casos de forma sorprendente (Aston Villa y Nottingham obtuvieron el título), la Copa de Europa hasta 1984 con la única concesión al Hamburgo en 1983. En la memoria sólo queda el Liverpool, ganador en 1977, 1978, 1981 y 1984. Como el Ajax y el Madrid, el equipo inglés se convierte en una referencia. Con un juego que combina la intensidad del fútbol británico con una afición por el pase corto más propia del Ajax, el Liverpool aprovecha el legado de Bill Shankly con sus sucesores, Bob Paisley y Joe Fagan. Tampoco le faltaron jugadores: Hansen, Dalglish, Keegan, Heighway o Sounness. Funcionaba como un reloj. Pero Heysel fue una tumba.

- 1985-1994. De la tragedia de Heysel al Milan de Sacchi. En mayo de 1985 la final se disputó en Heysel. Si debió disputarse o no todavía es motivo de debate: 40 cadáveres yacían junto al terreno de juego. Los hooligans del Liverpool, enardecidos por el alcohol, atacaron a los aficionados del Juventus en las gradas del estadio ante el horror. Con los muertos sin recoger, los dos equipos salieron a disputar la final más triste de la historia. Venció la Juve. En el interregno que se abrió hasta la llegada del hegemónico Milan, el Steaua sorprendió al Barça, el Oporto al Bayern con un taconazo inolvidable del argelino Madjer y el PSV Eindhoven al Benfica. Armado por Arrigo Sacchi, el Milan fue casi imbatible por organización defensiva y por el poderío de sus tres holandeses: Rijkaard, Gullit y Van Basten. Ganó tres títulos. En medio del vendaval milanista, el Barça logró su primera Copa de Europa, en 1992, con Cruyff como arquitecto de un equipo que es el precursor del actual.

- 1995-2006. Vuelven los clásicos. El torneo abre el escenario a clásicos que regresan al éxito. El Madrid obtiene su séptimo título en 1998 con su victoria sobre la Juve. Termina un periodo de 32 años sin victoria. Repite en 2000 con el triunfo en París sobre el Valencia y en 2002 con el impresionante gol de Zidane que sirve para derrotar al Leverkusen. Desde aquella tarde de Glasgow, el Madrid no ha logrado vencer ni en la Liga, ni en la Copa, ni en la Liga de Campeones. Los últimos diez años han visto algunos de los momentos más sorprendentes del fútbol. El Manchester gana en 1999 con dos goles en el último minuto al Bayern. El pasado año, en Estambul, el Liverpool, que no ha obtenido un título de Liga desde los ochenta, concede tres goles en la primera parte ante el Milan y empata en la segunda. En la tanda de penaltis, se impone, ante la incredulidad general.

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