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Al Gore pide en Cannes medidas que paren el cambio climático

El político protagoniza el documental 'Una verdad inconveniente'

Aurora Intxausti

Al Gore se convirtió ayer en la estrella mediática del Festival de Cannes como protagonista de un documental que llama la atención sobre el cambio climático del planeta, Una verdad inconveniente, que no compite por la Palma de Oro de la muestra. De esmoquin a las cuatro de la tarde y visiblemente acalorado, el ex vicepresidente norteamericano habló más de ecología que de política. "Éste es el primer festival de cine del mundo, y su repercusión es importante para lograr movilizar al mayor número de ciudadanos".

Ha participado en mil conferencias sobre los peligros del cambio climático
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Tras una ardua sesión fotográfica en una soleada terraza, Gore habló de ecología y de su periplo mundial en defensa de la naturaleza y muy poco de política de su país. "No voy a volver a presentarme a la presidencia de Estados Unidos y lo que me mueve es mi interés por la ecología desde hace muchos años y mi preocupación por el mundo que vamos a dejar a nuestros descendientes", aseguró el ex vicepresidente de Estados Unidos.

Despertar el debate sobre el cambio climático y movilizar a los ciudadanos ante el peligro de esa situación es lo que se ha propuesto hacer Al Gore, el hombre que un día trató de llegar a la presidencia de Estados Unidos y que se apartó de la política tras ser derrotado por George W. Bush. Hoy, ese hombre se ha vuelto a convertir en una estrella mediática a través del documental Una verdad inconveniente, dirigido por Davis Guggenheim, en el que se trata de demostrar que la humanidad se encuentra sobre una bomba de relojería.

El filme, protagonizado por el político, narra su historia y su compromiso personal para tratar de parar los efectos del nocivo recalentamiento en la Tierra.

En la película, se afirma que "en los próximos 10 años el mundo sufrirá catástrofes de dimensiones descomunales que podrían hacer cambiar el sistema climático de nuestro mundo. Habrá inundaciones, sequías, desastres de dimensiones impresionantes. Si no se detiene el calentamiento de la tierra, las nieves del Kilimanjaro podrían desaparecer en 2020". En el documental se exhiben fotografías de la Patagonia argentina a principios del siglo pasado y hoy que para cualquier espectador resultan escalofriantes, o el pico del Kilimanjaro en 1970 y en 2000.

Pese a los datos preocupantes y las imágenes que exhibe, Al Gore no quiere mostrarse como un agorero: "Si no como un hombre que pretende que los gobiernos sean conscientes de lo que existe. No soy pesimista, al contrario, confío mucho en el individuo y sé que es capaz de movilizar a los gobiernos para que cambien las políticas".

En Una verdad inconveniente se exhiben lugares en los que hasta hace unos años había glaciares y hoy ya están desapareciendo; montañas que en el pasado siglo aparecían cubiertas de nieve durante todo el año y hoy es impensable.

Al Gore, que en el año 2000 fue derrotado en unas elecciones presidenciales, ha dirigido ahora su vida, tal y como se muestra en el documental, a viajar por el mundo y enseñar en los colegios, universidades y pueblos de su país el peligro que supone el cambio climático y que se produzca el debate necesario para resolverlo. Desde que mostró su preocupación en público, ha participado en un millar de conferencias.

"Vengo a Cannes a presentar esta película porque sé que es un escaparate mundial para que mi mensaje llegue a muchos lugares del planeta. Éste es el primer festival de cine del mundo y su repercusión internacional es importante para lograr movilizar al mayor número de ciudadanos posible", indicó durante la presentación del filme en la ciudad francesa.

Una verdad inconveniente, que fue proyectada por primera vez en el Festival de Sundance, se estrena la próxima semana en Estados Unidos y al mismo tiempo se publica un libro en el que se recogen las opiniones del ex mandatario americano. El documental que hoy está dirigido al pueblo estadounidense tendrá algunos cambios en su proyección en el resto del mundo, y hablará de las transformaciones que afectan a todos los ciudadanos.

Al Gore no ha querido ahondar en la política que lleva a cabo el que fuera su contrincante, el republicano George Bush, pero ha reclamado la firma de su país del Tratado de Kioto y ha dicho al respecto: "Desde hace tiempo, Estados Unidos está llevando a cabo una política en temas ecológicos irreales".

El protagonista del filme mostró su convicción de que si los ciudadanos se movilizan serán capaces de exigir a los gobiernos que modifiquen sus políticas: "Yo, que he estado muchos años dentro de la política, sé que eso es posible. Lo que nos estamos jugando no es una cuestión, es el futuro. Es una cuestión ética y moral".

En Estados Unidos se ha creado una asociación destinada a llevar una campaña de concienciación contra el cambio climático al que irán destinados los derechos del documental y del libro. Existe una página (www.climatecrisis.net) en la que se pueden hacer consultas sobre este tema.

Al Gore, acompañado de la productora del documental que protagoniza, Laurie David, ayer en Cannes.
Al Gore, acompañado de la productora del documental que protagoniza, Laurie David, ayer en Cannes.AP
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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