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El concejal que es juez y parte

Hay un protagonista paradójico en esta historia. Sobre él recae gran parte del peso del dilema planteado por esas antiguas piedras y esos nuevos ladrillos. Se trata de Enrique Lorente. Es concejal del PSOE del Ayuntamiento de Toledo, que apoyó el plan urbanístico del PP en su día y, a la vez, es director general de Patrimonio de la Consejería de Cultura del Gobierno autonómico (PSOE). Es, en definitiva, quien recibe los informes de los equipos de arqueólogos para montar el rompecabezas del subsuelo, valorarlo y defender el patrimonio histórico. Pero también es quien, con su voto, apoyó en el consistorio el plan urbanístico de los populares para la construcción de las 1.300 viviendas, tres puentes sobre el Tajo y un Corte Inglés.

"No plantea ningún problema el que yo tenga los dos cargos. Me aporta una gran riqueza", comenta en una entrevista telefónica en la que prefiere hablar sólo como director general de Patrimonio y no como concejal toledano. "El valor patrimonial es desigual. Las excavaciones no están terminadas y esperamos más informes. Pero el proyecto no es incompatible con la preservación del patrimonio. Puede haber variaciones del plan, declararse alguna zona de reserva arqueológica e integrarla en el plan".

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