_
_
_
_
_
Elecciones legislativas en EE UU

EE UU iniciará la retirada de Irak en un año

El regreso de la mayoría de los soldados coincidiría con la fase de primarias de las presidenciales de 2008

Por primera vez desde la ocupación, Irak y EE UU han acordado un calendario de objetivos que debería concluir con el control del país por parte de las fuerzas iraquíes de seguridad entre el otoño de 2007 y la primavera de 2008. Si el plan se cumple, el regreso a casa de la mayoría de los soldados coincidiría con la fase de primarias de las presidenciales de 2008: sea quien sea su candidato, los republicanos esperan que la guerra no les hunda, como está ocurriendo con las legislativas del 7 de noviembre. El cambio de política repercute en el mensaje: el presidente Bush ha decidido dejar de decir que hay que mantener el rumbo en Irak. "Daba una impresión errónea", según su portavoz, "y de que no tenemos en cuenta la situación, cuando es justo lo contrario".

Más información
Bush: "No estoy satisfecho con Irak"
"No quiero matar inocentes"

"Harán falta de 12 a 18 meses para que los iraquíes estén completamente listos para asumir las responsabilidades de garantizar su propia seguridad; quizá para entonces aún necesiten algún tipo de apoyo nuestro, pero será el que ellos pidan", anunció ayer en Bagdad el general George Casey, responsable del despliegue.

En una comparecencia poco habitual del número uno militar y el número uno civil de EE UU en Irak, el embajador Zalmay Khalilzad, reveló que los iraquíes "están de acuerdo en establecer un calendario para adoptar difíciles decisiones", como el control sobre las milicias armadas chiíes, la firma de un pacto nacional de integración entre los grupos étnicos, la negociación con los insurgentes suníes y el reparto de los beneficios del petróleo. "El éxito en Irak es posible, y puede lograrse con un calendario realista; creo que Irak hará progresos importantes en los próximos 12 meses", aseguró el embajador, que aseguró que el clérigo radical chií Muqtada al Sadr ha aceptado el plan de estabilización y el calendario propuesto por EE UU a Bagdad.

Casey habló -más novedades- de la resistencia, en lugar de referirse a los terroristas, y reconoció que hay conversaciones entre los grupos suníes armados y representantes de EE UU y del Gobierno iraquí. Haciendo gala de realismo, habló de una situación "difícil y compleja", con "probabilidad de que siga así en los próximos meses" y añadió que incluso si este plan sale bien, Irak seguirá siendo un país conflictivo.

Los soldados muertos en octubre eran ayer 89: es ya el peor mes del año. ¿Habrá menos tropas en Irak a lo largo de 2007, a tiempo para que el conflicto no protagonice la campaña presidencial de 2008? Gradualmente, sí, pero antes de que haya menos puede haber más: Casey no descartó reforzar la presencia militar en Bagdad, escenario de los peores actos de violencia y en donde ha fracasado la acción conjunta de estadounidenses e iraquíes: "La seguridad en Bagdad no será total hasta que no se resuelvan los problemas que dividen ahora al país".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Ni Casey ni Khalilzad explicaron qué ocurrirá si se llega a las fechas de las distintas fases -que no ofrecieron con detalle, porque se están elaborando y se entregarán en diciembre al Gobierno de Bagdad- sin que se cumplan los objetivos. Y ambos criticaron a los países vecinos, Siria e Irán, por su nula colaboración en la estabilidad de Irak. "Decididamente, no están ayudando nada".

Irak ocupa el centro de la campaña de las legislativas, y la Casa Blanca es consciente del daño que la guerra está haciendo en sus filas. El anuncio de ayer no cambiará mucho el humor nacional, pero cualquier cosa sirve en la recta final, y los candidatos han recibido nuevos criterios para defenderse en público; entre ellos está el de que hay flexibilidad en las tácticas y que Irak asumirá en los próximos meses tareas que ahora llevan a cabo los soldados. "La victoria" -así se les aconseja a los candidatos republicanos que lo expliquen- "significa ayudar a los iraquíes a que logren la estabilidad y la seguridad tan rápida y eficazmente como sea posible, para que nuestras tropas puedan volver a casa".

Como muestra evidente de que, a pesar de la negativa oficial, hay un cambio de política, Bush dejará de utilizar a partir de ahora una de sus expresiones favoritas: "mantener el rumbo en Irak". El presidente, explicó su portavoz, Tony Snow, mantiene el objetivo de que Irak debe autogobernarse y atajar los rasgos de guerra civil que hay en el país, pero quiere demostrar la flexibilidad de las tácticas para llegar a ese objetivo, y por eso ya no dirá más que hay que mantener el rumbo.

En el esfuerzo de comunicación que está haciendo una Casa Blanca frustrada por haber perdido control del mensaje, ayer los primeros espadas del equipo presidencial atendieron a los directores de programas de radio de todo el país en tenderetes instalados en los jardines de la mansión presidencial. Pero es muy tarde para invertir la tendencia: el optimismo sobre el desenlace de la guerra está en el pozo, sólo alcanza a un 20% de los estadounidenses, según un sondeo de la NBC y The Wall Street Journal. Lo que cala más es la sensación de que hay que "intentar contener el desastre de Irak", como titulaba ayer un editorial especial de The New York Times. "Diga lo que diga el presidente Bush, la cuestión ya no es si América puede ganar en Irak. La única cuestión es si EE UU puede salir del embrollo sin dejar atrás una interminable guerra civil que extienda más caos y sufrimiento en Oriente Próximo y aumente el terrorismo global".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_