_
_
_
_
_
El futuro de Oriente Próximo

Israel desprecia la iniciativa europea

Los palestinos aplauden la propuesta de desplegar una misión internacional de interposición

Rechazo absoluto en Israel y acogida sin entusiasmo en la Autoridad Nacional Palestina fueron las reacciones a la iniciativa española, francesa e italiana para abordar el eterno conflicto de Oriente Medio. Mientras el Ministerio de Exteriores hebreo descartaba de plano la propuesta, un portavoz del presidente Mahmud Abbas le dio la bienvenida, especialmente al eventual despliegue de una fuerza internacional en Gaza. Poco efusivos se prodigaron los dirigentes palestinos ante una propuesta que nace de Europa, desacreditada por haberse sumado al cerco económico impuesto al Gobierno de Hamás por Israel y Estados Unidos.

La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, desechó toda posibilidad de aceptar un plan que acrecienta la implicación internacional en el conflicto. La jefa de la diplomacia conversó con su homólogo Miguel Ángel Moratinos y le recriminó las formas. Livni consideró inaceptable que cualquier iniciativa que concierne a Israel sea lanzada sin coordinarla con su Gobierno. Un alto funcionario citado por Haaretz añadió: "Hasta donde sabemos, ni siquiera los europeos están interesados en la idea. No prosperará".

El recelo hebreo hacia las conferencias árabe-israelíes es una constante histórica
Más información
Moratinos asegura que Israel no tiene "nada que rechazar" en el plan de paz abanderado por España

Nada juega a favor de que esa conferencia pueda tener lugar en el "medio plazo". Alguno de los apartados del plan de Jacques Chirac, José Luis Rodríguez Zapatero y Romano Prodi recabará, sin duda, el rechazo frontal del Gobierno de Ehud Olmert. Antes puede alcanzarse el Gobierno de unidad nacional que negocian desde hace meses Hamás y Fatah e incluso un intercambio de prisioneros, con todas las dificultades que ello conlleva. Pero el cese inmediato de toda violencia se antoja una quimera.

Todo apunta a que la violencia continuará. El Ejecutivo y los generales israelíes se ceban en Gaza, tras el fiasco de la guerra contra Hezbolá, ante la indiferencia de gran parte de una sociedad insensibilizada ante el dolor ajeno. En la fracturada sociedad palestina el odio a Israel crece sin freno. El ministro de Defensa, Amir Peretz, aseguró ayer, un día después de la muerte de una mujer israelí alcanzada en Sderot por un cohete casero, que el Ejército "propinará un golpe doloroso en Gaza". En cuanto al despliegue de una fuerza de interposición internacional en la franja, no cabe en la mente de los actuales estrategas israelíes. Simplemente, no se fían del desempeño de soldados venidos de cualquier rincón del mundo. Fue, precisamente, el único punto alabado por el asesor del presidente Abbas, Nabil Abu Rudeina, quien dio la fría "bienvenida" al plan europeo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Sólo resuelto este cúmulo de escollos podría celebrarse una conferencia israelo-palestina que en nada agrada a Israel, sumido en el desconcierto tras la contienda en Líbano. Lo que no significa que el Gobierno hebreo ignore lo que se cuece, porque en la reunión que sostuvo el lunes con el presidente George W. Bush en la Casa Blanca, Olmert sacó a relucir el asunto de la cumbre internacional, pero sólo para que Bush la rechazara sin ambages, para alivio del israelí.

Es una constante histórica la aprensión de los dirigentes hebreos a las conferencias árabe-israelíes. Para llegar a la celebrada en Madrid en 1991 fue crucial que EE UU empujara con la máxima firmeza -el presidente George H. Bush congeló créditos por 10.000 millones de dólares- al Ejecutivo del intransigente Isaac Shamir. Y que Washington presione de esta manera a su aliado estratégico no es nada habitual. Pero en 1991, EE UU tenía interés en la cumbre. George W. Bush no tiene hoy como prioridad este conflicto, y Olmert desprecia planes como el lanzado por Madrid, París y Roma. Entre otros motivos porque Israel es insensible a la presión exterior, salvo que proceda de Washington. De la Europa unida nunca llega.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_