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FELIP PUIG (CiU) | Investidura del presidente de la Generalitat

"Montilla está a la altura de presidir una diputación provincial, no una nación"

Minutos después de que el socialista José Montilla finalizara su discurso de investidura, el principal partido de la oposición, Convergència i Unió (CiU), arremetió duramente contra el futuro presidente de la Generalitat por considerar que no está "a la altura" de gobernar una nación y que la "pasión por el servicio público" que dijo tener es más propia, para los nacionalistas, de un presidente de "una comunidad autónoma o de una Diputación provincial".

El portavoz parlamentario de la federación nacionalista, Felip Puig, calificó con acritud las palabras de Montilla de "aburridas, tristes y monótonas", además de carentes de un proyecto global de Cataluña "ambicioso e ilusionado". Sin haberse desprendido todavía del agravio de haber ganado las elecciones pero haber perdido el Gobierno de la Generalitat en detrimento del tripartito, CiU continuó lamiéndose las heridas y, por enésima vez, volvió a acusar a Montilla de carecer de "autoridad moral" para ejercer la presidencia del Ejecutivo catalán.

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Tras menospreciar la trayectoria política del próximo jefe del Gobierno -desde su época como presidente de la Diputación de Barcelona hasta su labor como ministro de Industria-, el portavoz de la federación nacionalista presagió malos augurios para los primeros pasos de Montilla al frente de la Generalitat por adolecer, según él, de un "grave déficit de liderazgo", pues el Partit dels Socialistes (PSC) perdió cinco diputados en los comicios autonómicos y se quedó con 11 menos que CiU.

Después de que Montilla elogiara la herencia que recoge del anterior Gobierno catalanista y de izquierdas, Puig se lamentó de la falta de "autocrítica" del dirigente socialista con las incidencias y desencuentros del tripartito y, por este motivo, le acusó de "poca credibilidad, diagnóstico erróneo y falseamiento de la realidad".

Al margen de opinar sobre la talla política de Montilla, el portavoz nacionalista concentró toda su artillería pesada en descalificar la personalidad del futuro presidente al definirle como alguien "inseguro" y "con necesidad de autojustificar sus incoherencias".

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