Ceros quitamiedos
Detrás de muchos juegos -pasatiempos, acertijos, naipes, ajedrez o el más reciente sudoku- hay ideas matemáticas. Y es que ya desde tiempos de Babilonia la matemática recreativa ha contado con seguidores. Dos buenos ejemplos son los libros Yo soy el cero y Las nueve cifras y el cambiante cero que pretenden terminar con el casi unánime miedo a los números.
Luis Balbuena, catedrático de matemáticas en enseñanza secundaria, ha recurrido al cuento para acercar a los alumnos a su asignatura. Su obra Yo soy el cero se retrotrae hasta los orígenes del sistema de numeración en la India y recuerda su importancia a lo largo de la historia. Balbuena se adentra en los razonamientos lógicos a través de los dioses mitológicos en El rescate -Zeus le propone un enigma a Sineta, quien en otro cuento visita al matemático Pitágoras-, o de un hidalgo que enseña a su escudero y a un noble una justa partición en Lo que aconteció a don Quijote. Además, de forma divertida, Yo soy el cero se aproxima a conceptos que aterran a los chicos con sólo citarlos: derivadas, arcos, tangentes o biángulos esféricos.
Mientras, el profesor universitario colombiano Bernardo Recamán ha recopilado en Las nueve cifras y el cambiante cero acertijos matemáticos creados por él mismo o coleccionados a lo largo de su vida. Para su solución -con distintos grados de dificultad- invita a visitar las páginas de El baúl de pistas.
Yo soy el cero. Luis Balbuena. Nivola. Madrid, 2005. 96 páginas. 8 euros. Las nueve cifras y el cambiante cero. Bernardo Recamán. Gedisa. Barcelona, 2006. 126 páginas. 9 euros.