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Reportaje:JESÚS LIÉBANA | Mesa contra la violencia escolar | Convivencia en las aulas

"Faltan comisiones de convivencia"

Ginés Donaire

La Mesa de Trabajo contra la Violencia Escolar creada este curso en Jaén es una de las primeras plataformas de padres que nace en Andalucía para luchar contra la conflictividad en las aulas. Solamente en la provincia de Jaén, el curso pasado la Delegación de Educación registró la existencia de 1.500 casos de violencia escolar, de los que el 10% fueron calificados como muy graves. Para el portavoz de esta plataforma, Jesús Liébana, la solución a estos conflictos "pasa por trabajar en la prevención y por la creación de comisiones de convivencia en los colegios".

La asociación ha tenido su prueba de fuego con Ildefonso, el alumno de 13 años de Bailén que intentó quitarse la vida por el acoso que sufría por una veintena de compañeros. La Mesa de Trabajo contra la Violencia Escolar de Jaén ha anunciado que presentará una demanda contra el instituto en el que estudiaba el chico, el IES María Bellido, por negligencia en actos repetidos de acoso y violencia con resultado de presión psicológica. Esta demanda se une a la presentada por la familia del menor contra el centro y los supuestos agresores, por la que el alumno y sus padres comparecen hoy en el Juzgado de Menores.

"Casi siempre es el niño acosado el que se tiene que ir del colegio, y eso no se puede permitir"
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De momento, dos semanas después del intento del suicidio, tanto el alumno como su hermano mellizo siguen sin asistir a clase. "Lo más urgente es garantizar la escolarización de estos dos menores", asegura Jesús Liébana, que aplaude la decisión de la familia de Ildefonso de no comparecer a la citación recibida por el centro para intentar solucionar el conflicto. "No es el centro el que tiene que citar a la familia, sino un estamento superior que sea independiente", indica Liébana, que justifica su razonamiento en la causa judicial abierta contra el instituto de Bailén.

Jesús Liébana, padre de tres niñas, decidió dar el paso de crear esta plataforma cuando una sobrina suya le dijo que era muy fácil conseguir droga en las puertas de un conocido colegio privado de la capital jiennense, el mismo centro en el que un alumno perdió el curso pasado el 40% de la visión de un ojo por la agresión de unos compañeros. Pero, ¿por qué está aumentando la conflictividad en el ámbito educativo? El portavoz de la Mesa de Trabajo contra la Violencia Escolar asegura que se trata de un cúmulo de factores. "Antes los profesores tenían más autoridad moral, pero ahora observamos que existe un cierto vacío al respecto", subraya Liébana. A su juicio, es preciso crear en los colegios otras figuras de apoyo (educadores, trabajadores sociales o psicólogos) que refuercen la labor de los profesores.

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Ahora bien, desde la plataforma de padres contra la violencia también se hace autocrítica por la escasa implicación de los padres en el ámbito escolar. "La sociedad está siendo más permisiva, y eso está degenerando en la pérdida de valores y en la falta de respeto a los profesores y también a los padres", recalca Liébana, que lamenta que sean pocos los padres que hayan decidido enrolarse en esta asociación. "Muchos nos dan su apoyo moral, pero nadie quiere complicarse la vida", indica. La crítica también la extiende hacia los sindicatos, pues sólo uno, Comisiones Obreras, ha aceptado, de momento, la invitación de la plataforma para trabajar de forma conjunta.

Jesús Liébana urge también a reflexionar sobre las medidas correctoras a aplicar a los alumnos conflictivos. Hasta ahora, el decreto de derechos y deberes del alumno, de 1999, establece expulsiones del centro que van desde uno y tres días a los 30 días en función de la gravedad de las faltas. Ahora bien, la plataforma de padres jiennense lamenta que cuando se da un problema de acoso escolar "casi siempre es el niño acosado el que se tiene que ir del colegio, y eso no se puede permitir".

Precisamente, Liébana estuvo el pasado viernes en la Delegación de Educación para plantear que se escolarice lo antes posible en otro centro al alumno agredido en Bailén y a su hermano. Asegura que la respuesta que obtuvo de un destacado alto cargo fue desalentadora: "Me dijo que la educación es un lujo, y que no podía haber una escuela a la carta para estos alumnos".

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