"Nos divertimos, pero nos pusieron a parir"
Uno de los grandes ausentes de la celebración de los 25 años de Siniestro Total fue Germán Coppini, el primer cantante del grupo y posteriormente también de Golpes Bajos. Coppini, que ahora reside en Madrid, estaba invitado al concierto, pero no pudo asistir, porque estos días prepara en Sevilla un proyecto común con la banda Maga, con la que ya colaboró en el último disco. El carismático cantante recuerda la primera actuación: "Era el estreno y teníamos unha mezcla de nervios y de ilusión. Nos lo pasamos muy bien, pero nos pusieron a parir".
Coppini, un tipo que en el grupo tenían por educado y más bien tímido, dejó boquiabiertos a todos en la primera actuación, cuando subió al escenario y empezó a soltar gritos aterradores, al tiempo que gritaba:"¡Exterminio!". Casi disculpándose, explica: "Todos nos reservamos un poco, y yo intenté sacar lo mejor que llevaba dentro, lo que pasa es que les parecía un perro verde".
"Aquel día", añade el que fue primer cantante de Siniestro Total, "cuando subimos al escenario no sabíamos ni lo que íbamos a hacer y acabó subiendo Manolo Romón a hacer coros, que todavía era más bruto que los del grupo. Éramos una buena panda de jamados". Desde Madrid, Coppini rememora los primeros ensayos del grupo, en un almacén de bebidas que pertenecía al padre de Antón Reixa: "Le dábamos unos buenos repasos a las botellas de JB de su padre. Un día, hasta el propio Reixa nos montó la bronca y nos dijo que nos habíamos pasado".
Sobre la posibilidad de que algún día haya una celebración con los miembros originales del grupo, Coppini deja abierta alguna puerta: "He roto el hielo con Julián, hemos hablado mucho estos años, nos hemos divertido, pero todavía no como en su fregadero".
No obstante, confiesa que le gustaría que Julíán Hernández y Miguel Costas se pusiesen de acuerdo para volver a trabajar. "Y que volvamos a sacar los pósters de Lenin y Stalin por la Gran Vía de Madrid".
