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Argentina se enfrenta a su pasado

Kirchner afirma que no habrá ningún "pacto de impunidad" por la guerra sucia

El presidente argentino defiende la reconciliación pero cree que hay que "conocer la verdad"

Alejandro Rebossio

La detención de la ex presidenta argentina Isabel Perón (1974-1976), residente en Madrid, por el secuestro y la desaparición de un opositor político durante su gobierno llevó a que el actual jefe de Estado del país suramericano, el peronista Néstor Kirchner, aclarara que "no habrá pactos de impunidad", en declaraciones publicadas ayer por el periódico Clarín. El presidente, que fue dos veces detenido bajo el Gobierno de la tercera esposa de Juan Perón -la siguiente después de la carismática Evita-, comentó: "Es una decisión de la justicia y a mí no me corresponde hablar de esto".

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"Si los jueces entienden que hubo terrorismo de Estado desde antes del golpe militar de 1976, sus responsables también deberán ser juzgados", dijo el presidente.

El juez federal de San Rafael (provincia de Mendoza, en el oeste argentino), Héctor Acosta, pidió el jueves la captura de la viuda del ex presidente Juan Domingo Perón, María Estela Martínez -conocida como Isabelita desde sus tiempos de bailarina, cuando sedujo al histórico líder argentino-, para determinar su responsabilidad en la desaparición de Héctor Fagetti, militante de la Juventud Peronista (JP), en febrero de 1976, un mes antes del golpe del Estado que inició la dictadura militar (1976- 1983).

En la última presidencia de Juan Domingo Perón -que comenzó en 1973 y finalizó al año siguiente con su fallecimiento y el reemplazo por su entonces vicepresidenta y esposa, Isabel Perón-, terminó por resquebrajarse el peronismo entre sus facciones de derechas y de izquierdas, estas últimas compuestas por la JP y el brazo armado Montoneros. El ministro de Bienestar Social de Juan Domingo Perón, José López Rega, y su sucesora formaron entonces la parapolicial Alianza Anticomunista Argentina (AAA) para combatir a la izquierda peronista, entre otros grupos opositores. Fueron años de plomo entre la Triple A, los Montoneros y el trotskista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

En 1975, tres decretos firmados por el débil Gobierno de Isabel Perón, pero cuando ella estaba de baja por enfermedad, ordenaron a las fuerzas armadas y policiales "proceder a ejecutar las operaciones militares y de seguridad" que fueran "necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país".

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El juez Acosta puntualizó ayer que habían desaparecido 600 personas antes del golpe de 1976, cuando comenzó la dictadura que dejó otros 30.000 desaparecidos. Pese a que Isabel Perón no firmó los decretos que pedían la aniquilación de las guerrillas, el magistrado consideró que "a ella se la sospecha y por esa razón se la imputa de haber ejecutado los términos de los decretos" y recordó que, "como era la primera magistrada del país y la comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, la mayor responsabilidad recae en ella". Acosta no sólo investiga la desaparición de Fargetti, sino también el secuestro y las torturas que sufrió el entonces menor Jorge Verón, que fue liberado en 1977. No descartó que vaya a pedir las detenciones de tres dirigentes peronistas que firmaron los decretos: Ítalo Luder, entonces presidente del Senado y jefe de Estado provisional mientras Isabel estaba de baja; Carlos Ruckauf, ex ministro del Interior y actual diputado, y Antonio Cafiero, ex ministro de Economía.

"Nosotros queremos la reconciliación, pero con verdad y sin impunidad", dijo Kirchner, que ha vuelto a dividir al peronismo. "Por eso hay que conocer la verdad, sea cual sea. Y no puede haber impunidad para nadie", añadió el presidente argentino, que en los años setenta militaba en la izquierda peronista y fue detenido dos veces en el Gobierno de Isabel Perón. Concretamente en octubre de 1974 y enero de 1976, en ambas oportunidades en su provincia, Santa Cruz (sur de Argentina). También estuvo preso dos días en la dictadura, en 1977.

El premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, que se enfrentó a la última dictadura, se mostró satisfecho de que también se investigaran las violaciones a los derechos humanos de los Gobiernos de Juan Domingo e Isabel Perón. "De una vez por todas tenemos que llegar al problema en sí, a descubrir cómo se generó el terrorismo de Estado. Esto se vino armando desde el tercer Gobierno de [Juan] Perón", afirmó.

Kirchner impulsó desde 2003 la anulación de los indultos a los jefes de la dictadura y las leyes del perdón (las de punto final y obediencia debida, que se votaron en el regreso de la democracia), de modo de que la justicia retomara los juicios a los mandos medios y bajos del Ejército y la policía.

María Estela Martínez de Perón, junto a López Rega en 1975.
María Estela Martínez de Perón, junto a López Rega en 1975.REUTERS

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