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El fiscal general acusa al presidente de Israel de violar a una empleada

Moshe Katsav asegura que es víctima de una conspiración política

Los israelíes no se sobreponen de un escándalo cuando ya ha estallado el siguiente. El fiscal general, Menahem Mazuz, decidió ayer imputar al presidente de Israel, Moshe Katsav, por la violación de una empleada cuando ejercía como ministro a finales de los años noventa, entre otros delitos. A seis meses de concluir su mandato, Katsav sólo podrá ser procesado si dimite o si tres cuartos del Parlamento exigen su renuncia.

Es el último episodio de la avalancha de casos de corrupción que aquejan a la clase política. Katsav, cuyos poderes son exiguos, mantuvo silencio, aunque ha convocado a la prensa para hoy.

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El mandatario afronta cargos de violación con abuso de poder, agresión sexual, acoso sexual, fraude, obstrucción a la justicia y acoso a una testigo. Fue el propio Katsav quien levantó la liebre en julio pasado cuando acudió ante el fiscal general para denunciar que una mujer, la ahora principal acusadora, le intentaba chantajear. Mazuz comenzó a investigar el caso que ha desembocado en la imputación del presidente. El fiscal general, de acuerdo con el procurador del Estado, estima que existen suficientes pruebas para acusar al dirigente. Los expertos legales aseguran que antes del eventual juicio, Katsav tendrá la ocasión de defenderse en una audiencia. Los abogados del acusado afirmaron que, tras ser escuchado, el fiscal general retirará los cargos. El presidente siempre ha proclamado su inocencia y se siente "víctima de una conspiración" de sus adversarios políticos.

El panorama es desolador. El primer ministro, Ehud Olmert, es investigado por presunto tráfico de influencias en la privatización del Banco Leumi, y se ciernen sobre el jefe del Ejecutivo nuevas acusaciones de corrupción. Haim Ramón dimitió como ministro de Justicia para ser juzgado por acoso sexual a una soldado, a la que dio un beso de tornillo supuestamente sin su permiso. También indaga la policía un presunto desfalco del titular de Hacienda, Abraham Hirchson. Un montón de diputados son objeto también de las pesquisas policiales.

Fin de mandato en julio

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En todo caso, Katsav, dirigente del nacionalista y conservador Likud, acaba sus siete años en la presidencia el próximo julio. Si el presidente sorprendió cuando los diputados le eligieron en el año 2000, aunque su contrincante fuera el laborista y siempre perdedor Simón Peres, ahora ha dejado atónitos a los israelíes con el escándalo sexual que afecta a la jefatura del Estado. Tal es el desencanto popular sobre el desempeño de la clase dirigente que en círculos políticos se ha especulado incluso con proponer para la presidencia al judío estadounidense y premio Nobel de la Paz Elie Wiesel, que ni siquiera ostenta la ciudadanía israelí. También se ha barajado el nombre de Natan Sharansky, un ex disidente de la Unión Soviética.

No es frecuente el consenso entre los partidos israelíes. Sólo en periodos trascendentales como el pasado verano durante la guerra contra Hezbolá, las formaciones políticas hacen piña. Ayer volvió a suceder y la unanimidad imperó. La laborista Shelly Yachimovich declaró: "La Kneset debe actuar inmediatamente y destituir al presidente" para que pueda ser juzgado. El diputado del izquierdista Meretz Ran Cohen añadió que "debe dimitir sin demora ahora que ha humillado a la institución y a la sociedad". La parlamentaria Limor Livnat, correligionaria del mandatario, no se anduvo por las ramas: "Tiene que dimitir ya, no hay lugar para maniobras". Similares opiniones sostuvieron representantes del Partido de los Pensionistas y de Unión Nacional-Partido Nacional Religioso, la formación de extrema derecha apoyada por los colonos judíos.

El abogado del presidente, David Libai, dijo que si su cliente se sienta en el banquillo, dimitirá. La opción más plausible, permitida por la legislación israelí, es que Katsav decida suspender sus funciones, un movimiento que le permitiría ganar tiempo. Ya lo hizo en septiembre, cuando debía tomar juramento a la nueva presidenta del Tribunal Supremo, Dorit Beinisch. En la apertura del periodo de invierno de la Cámara, en octubre, infinidad de diputados amenazaron con boicotear la sesión inaugural si Katsav asistía, como es costumbre. No acudió.

Nacido en Irán en 1945, la familia de Katsav emigró a Israel cuando Moshe apenas había cumplido los cuatro años. Se instalaron en Kiryat Malahi, una ciudad del sur de Israel próxima a la franja de Gaza. Desde el Ayuntamiento de esta localidad comenzó su carrera política, siempre en el Likud.

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