Open Office y las aplicaciones 2.0 transformarán el mercado ofimático
La ofimática es uno de los segmentos del software que más se ha concentrado hasta llegar al cuasi monopolio actual de Microsoft Office, matizado por la presencia cada vez más simbólica de WordPerfect Office (Corel), SmartSuite (IBM) y de otros paquetes con todavía menos presencia. Sin embargo, en los últimos años han emergido los desarrollos de código abierto, entre los que sobresale la suite gratuita Open Office, y las soluciones en línea que no precisan ser instaladas en el ordenador. Entre ellas, la gratuita Google Docs & Spreadsheets, disponible en inglés y que integra el procesador de textos y la hoja de cálculo. Ambas almacenan en el servidor los documentos, que pueden ser editados por varios autores a la vez.
En el segmento de la ofimática de escritorio, Microsoft contraataca estrechando todavía más la integración de Office con los sistemas corporativos basados en Windows (un campo en el que es imbatible) y dotando a su producto de funciones de colaboración más avanzadas. Esta expansión de Office resta oportunidades de negocio a otros actores del mercado -a los desarrolladores de aplicaciones de seguridad o de mensajería instantánea corporativa- pero justifica el mantenimiento de unos precios relativamente elevados en un escenario en el que comienzan a soplar vientos de gratuidad gracias a las tecnologías que forman la denominada Ofimática 2.0.
En el mundo de la empresa privada, esta táctica de Microsoft ha funcionado bien y seguirá haciéndolo, ya que Office, junto a la aparición de Vista, provocará una oleada de actualizaciones en los próximos años. En los entornos de la administración pública, la demanda de Office deberá coexistir con un cierto crecimiento de las apuestas por las soluciones de código abierto.
En el caso de los usuarios domésticos, pueden haber cambios si las fórmulas antipiratería dan resultado. Podría, pues, ocurrir que una parte de los usuarios que hoy utilizan sólo una ínfima parte de las funciones de Office se decante por las nuevas soluciones y que el resto se legalice. Sin embargo, la consultora IDC no lo cree viable en los próximos cinco años debido a la capacidad de fidelizacion de Microsoft y al efecto en red que produce su omnipresencia en los ordenadores. Parece, pues, muy prematuro certificar que el destino natural de los voluminosos paquetes ofimáticos sea el de su desaparición, por lo menos a corto plazo.
