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LITERATURA DIBUJADA

Siete novelas para ver y leer

Modotti. Una mujer del siglo XX (Sins Entido), de Ángel de la Calle (dos volúmenes). La particular mirada de su autor aborda la vida de la fotógrafa italiana Tina Modotti, ejemplo de la intensidad profesional y política de los primeros decenios del siglo XX.

La isla de Nunca Jamás (Astiberri), de Javier de Isusi. Continuación de La pipa de Marcos, narra la búsqueda del protagonista, Vasco, de su amigo Juan, desaparecido en América Latina. Isusi hace gala de un grafismo sintético que busca el contraste entre la luz y la sombra. Llama la atención su forma de presentar situaciones y entender el sentido de la aventura.

El prolongado sueño del Sr. T. (La Cúpula), de Max. Un viaje onírico, surrealista y poético al centro mismo de las filias y fobias del ser humano, descrito por Max con una amplia riqueza de tratamientos gráficos y una elaborada estructura narrativa. La historia describe un viaje iniciático que expone la lucha contra la angustia de la insatisfacción, realizado en el ámbito del subconsciente del protagonista.

La ilusión de Overlain (Planeta DeAgostini), de Luis Durán. Inmerso en la creación de historietas, Durán vuelve a demostrar su personal narrativa, la fuerza de la palabra y una alquimia para la narración de historias. En el corazón de Kenia, la realidad y el mito se mezclan en un conjunto de historias dentro de historias, con énfasis en la poética de los detalles.

La saga del capitán Torrezno (Edicions de Ponent), de Santiago Valenzuela (seis tomos). Crear un mundo propio, coherente, imaginativo, complejo y original queda sólo en manos de autores como Valenzuela. El lector entra en un universo detallado hasta la extenuación, simbólico y enriquecido tanto por las imaginativas situaciones que planeta como por un sentido del humor muy particular.

Paracuellos (Glénat), de Carlos Giménez (seis volúmenes). Las vivencias de un niño en un hogar del Auxilio Social franquista de la posguerra le sirven a Giménez para ofrecer un retrato sociológico de una época. En parte autobiográficos, los álbumes de Paracuellos son una prueba evidente del dominio de la narración del autor y de su personal concepción del dibujo. Uno de nuestros mejores cómics.

Un largo silencio (Edicions de Ponent), de Miguel Gallardo. El silencio fue roto tras 40 años por esta obra que transmite las vivencias de Francisco Gallardo, padre del autor, con respecto a las vicisitudes que tuvo que pasar durante la Guerra Civil. Con espíritu documentalista, pero con emoción, ofrece este vívido retrato de una historia que se quiere olvidar.

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