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La lucha contra el terrorismo

Un ataque de 'kale borroka' arrasa una estación de Renfe en Barakaldo

El Consistorio pide colaboración a los vecinos para dar con los autores

Un ataque de kale borroka provocó el incendio que destruyó en la madrugada de ayer la estación de tren de Renfe situada en el barrio barakaldés de Lutxana (Vizcaya), que ya ha sido atacada por grupos de violencia callejera en dos ocasiones anteriores. La Junta de Portavoces del Consistorio aprobó con los votos de todos los partidos un texto de condena en el que pedía "la colaboración activa" de todos los vecinos "para el descubrimiento de los autores" del sabotaje y para que "paguen por lo que han hecho".

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El sabotaje se produjo pasadas las doce y media de la noche, según vecinos de la zona que oyeron "varias explosiones". Previamente, varias personas habían forzado la puerta de acceso a la instalación ferroviaria que a diario utilizan unos 2.000 vecinos de ese barrio, y que a esas horas se encuentra vacía. El servicio de tren de cercanías, utilizado diariamente por unas 40.000 personas de las localidades de la margen izquierda por donde circula, no se vio interrumpido, pero hubo retrasos de hasta 20 minutos en algunos recorridos.

Los saboteadores colocaron un artefacto de fabricación casera, cuya composición no había sido aún precisada anoche por la Ertzaintza (policía vasca), que después rociaron con líquido inflamable.

La Unidad de Explosivos de la Ertzaintza trabajó toda la mañana para concretar la composición del artefacto, pero la actuación de los bomberos, que se emplearon a fondo a lo largo de toda la noche y parte de la mañana para sofocar el incendio, dificultó las investigaciones al quedar anegada buena parte de la estación ferroviaria. Los ertzainas sí confirmaron que el ataque no era obra de ningún comando, sino que el origen del incendio se debía a un artefacto de fabricación casera de los que habitualmente utilizan los grupos de violencia callejera. La Ertzaintza halló en el interior de la estación restos de una garrafa en la que presumiblemente los saboteadores trasladaron el líquido inflamable.

Como consecuencia del fuego, las máquinas expendedoras, las canceladoras de billetes y las taquillas quedaron calcinadas. La explosión afectó a la puerta de acceso y los cristales. El incendio se propagó por toda la estación y llego a alcanzar el tejado del inmueble, que, en parte, se desplomó al interior de la estación. Éste es el tercer sabotaje contra esta estación de tren de Renfe. El último fue el pasado 12 de octubre, en pleno alto el fuego permanente de ETA, cuando estalló junto al edificio otro artefacto casero que ocasionó daños en la puerta de acceso.

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PNV, EA, Ezker Batua, PSE, PP y Aralar condenaron el ataque. El Gobierno vasco dijo en un comunicado que "con bombas no hay distensión, ni proceso de paz alguno", y se preguntó si "éste es el camino mediante el cual se generan nuevas oportunidades para la paz, tal y como afirman día tras día portavoces de la izquierda abertzale". El delgado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, dijo que "ningún proyecto político puede construirse desde la amenaza del terrorismo". El PP ligó el ataque con la detención el domingo de los 18 huidos de Jarrai, Haika y Segi. "Tras el aquelarre violento de la izquierda abertzale en el frontón de Bilbao, ha venido la orgía de terrorismo callejero y de atentados. Todo está perfectamente hilado y forma parte de la misma estrategia de violencia", dijo el dirigente del PP vasco Carmelo Barrio.

Interior de la estación de Renfe en Barakaldo tras el ataque
Interior de la estación de Renfe en Barakaldo tras el ataqueSANTOS CIRILO

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