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Sin cine español a concurso

No son tiempos en los que el cine español sea una de las estrellas del Festival de Berlín. Hubo otros, en los que Carlos Saura fue descubierto para el mundo en los años sesenta y setenta, y más tarde fueron aclamados Gutiérrez Aragón y Almodóvar. En 1978 dieron un premio colectivo al cine español, celebrando con ello la instauración de la democracia tras la muerte de Franco; más tarde, se atrevieron a proyectar El crimen de Cuenca, de Pilar Miró, cuando en España la película permanecía secuestrada por autoridades militares. En Berlín fue vitoreada La colmena, de Camus, y también recibieron sendos premios películas de Trueba, Fernán-Gómez, Armendáriz, Garci... Aunque la crítica repartiera varapalos con ocasión de algunas películas menores, el cine español tenía históricamente en este festival un feliz cobijo. Sin embargo, desde que en 2001 comenzó a ser dirigido por Dieter Kosslick, hombre juguetón, simpático, y con histriónico sentido del humor, las tornas han cambiado y las cintas españolas a concurso gotean esporádicamente. Este año, sin ir más lejos, no hay ninguna.

Sí que en sesiones especiales se verán dos coproducciones financieras: La casa de las alondras, que significa el regreso de los hermanos Taviani desde 1998, y Madrigal, del cubano Fernando Pérez, que hace cuatro años deslumbró con el documental de autor Suite Habana. Por otra parte, en sesiones paralelas se verán El camino de los ingleses, de Antonio Banderas (que hace doblete, esta vez como actor y a concurso, con La ciudad del silencio, del chicano Gregory Nava), y la película colectiva Los invisibles, producida por Javier Bardem, homenaje a Médicos sin Fronteras realizado por Isabel Coixet, Mariano Barroso, Fernando León de Aranoa, Javier Corcuera y Wim Wenders. Al parecer, este último es el responsable de que la película aún no esté acabada, habiendo puesto de los nervios a los organizadores del festival, temerosos de que no llegue a tiempo, a pesar de que la proyección está prevista para los últimos días.

Aparecen otras películas españolas en una extravagante nueva sección, Cocinas y cine, en la que un afamado cocinero alemán presentará su nueva hamburguesa en un elegante restaurante improvisado bajo una carpa. Escribe Dieter Kosslick que la noche está hecha para comer y conversar, y por ello se ha sacado de la manga esta frivolidad comercial, en cuyo menú no pueden faltar películas. Por parte de España se presentará el corto de Javier Salmerón Desaliñada, que tiene ya seis años, y un nuevo documental de José Luis López-Linares, que no nos perderemos, con tan misterioso título: El pollo, el pescado y el cangrejo real.

Pero a concurso, ni una. ¿Será que las películas españolas listas para la temporada de febrero son ahora peores que antes? ¿O es que son menos conocidos los autores de hoy? Es preciso, al parecer, contar con un reparto internacional, o si no, con llamativas recetas de cocina.

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