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Reportaje:

El reto de ir en autobús en silla de ruedas

Usuarios del servicio para personas con discapacidades de la EMT critican las averías y su funcionamiento

Una actividad tan común como coger el autobús puede convertirse en algo bastante más complicado si el usuario del transporte público necesita una silla de ruedas para desplazarse o, simplemente, tiene reducida la movilidad. Averías, esperas, falta de vehículos o tramites excesivos para acceder al servicio -justificantes de trabajo o estudios incluidos- son algunos de los problemas que plantean algunas de las personas con discapacidad que hacen uso de este servicio a diario en Valencia.

El servicio especial de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) cuenta con cinco vehículos (cuatro en funcionamiento y un quinto para cubrir averías) habilitados con rampas y anclajes especiales y de naturaleza discrecional. Funciona de dos formas diferentes. Por un lado están las rutas fijas. Para acceder a ellas, las personas con discapacidad que quieren usarlo para ir al trabajo o a la facultad a lo largo del año, tradicionalmente tenían que presentar una solicitud "o incluso una simple petición verbal", comenta un usuario. "Pero a partir de este año se nos han requerido justificantes del trabajo la universidad para la solicitud", relata. "Me parece absolutamente discriminatorio que me pidan esto para un servicio público, ¿qué pasaría si lo solicitaran para subir a un autobús normal?". Además, se trata de horarios fijos. "Si un día sales antes de trabajar, tienen que esperarte a la hora habitual de coger el autobús".

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El otro tipo de servicio es el esporádico. Su función es agilizar las necesidades de desplazamientos puntuales de las personas con discapacidad de Valencia. Aunque, según sus usuarios, es de todo menos flexible. Para solicitarlo hay que ponerse en contacto con la EMT dos días antes y, de nuevo, con 24 horas de antelación hay que confirmarlo. "¿Cómo voy a saber con 48 horas lo que voy a hacer?", se pregunta un usuario. "Si quedo con alguien de la mañana a la tarde o me surge una entrevista de trabajo repentinamente me tengo que aguantar".

El principal problema, sin embargo, es el número de autobuses. Existen cuatro vehículos especiales recorriendo Valencia y uno de reserva para cubrir las posibles averías. Pese a que recientemente se renovaron dos, el número no crece "desde que yo recuerdo, hace cinco o seis años", comentan sus usuarios. "Valencia ha crecido, hay más barrios y más usuarios ya que cada vez más gente mayor se anima y solicita el servicio". Pese a ello, no aumenta la oferta y crecen las esperas. Además, existen "continuas averías de las rampas; casi todas las semanas en uno u otro vehículo", lo que implica menos autobuses y más usuarios por vehículo.

Existe la alternativa de los autobuses convencionales, cada vez en mayor número dotados con rampa. Pero muchos de los usuarios necesitan un acompañante para acceder a ellos "además de que muchas paradas no están adaptadas". Tampoco los taxis son la solución. "Hay tan pocos habilitados para transportar a personas con discapacidad que a veces he tendido que reservarlos con una semana de antelación".

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El problema, destacan, no está en el personal de la EMT, a quienes agradecen su atención, sino en la organización del servicio y la falta de vehículos.

Fuentes de la EMT destacaron la renovación el año pasado de dos autobuses e indicaron que el Ayuntamiento ha puesto en marcha un programa para que todas las paradas sean accesibles.

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