De Leganés al resto del mundo"

Los sonidos estruendosos se van atemperando poco a poco y la música de Corazón partío se escucha con nitidez en la plaza de toros de La Cubierta de Leganés, donde el cantante y compositor Alejandro Sanz prepara, junto a más de medio centenar de personas, la gira mundial de El tren de los momentos. Los músicos templan los instrumentos mientras las imágenes que se proyectan al fondo del escenario parpadean en las pantallas.

Irrumpe en el coso Alejandro Sanz para poner en marcha la maquinaria que durante los próximos meses le llevará a recorrer los escenarios de medio mundo. En el coso de Leganés los músicos y técnicos pasan los tiempos muertos chateando o jugando en sus pequeños portátiles. En la arena, un testigo de excepción: el futbolista del Real Madrid David Beckham, quien acompañado de su hijo pequeño acudió ayer al recinto para ver y escuchar a su amigo.

Tengo la necesidad de experimentar, de cambiar de registros continuamente"

"Mi vida es un viaje al conocimiento; eso es lo que me gusta de mi existencia"

El artista proyecta un disco en inglés y tiene en proyecto otro con Paco de Lucía

"La verdad que tengo bastantes amigos que son futbolistas y toreros a los que les gusta mucho la música. No sé muy bien por qué, pero es así y muchos de ellos suelen venir a mis conciertos. Uno de mis seguidores es el torero José Tomás, una pena que ya no toree. Y de fútbol casi mejor no hablar. Yo voy con el que gana, aunque me parece una equivocación lo de Capello de no dar bola a Beckham", dice Sanz. El 9 de marzo, el cantante madrileño iniciará su gira en Perú y terminará su periplo americano en el Madison Square Garden de Nueva York. A España volverá en agosto, donde ofrecerá a sus fans las canciones de El tren de los sentidos, su último disco, y otras de su repertorio más conocido. "Mi vida es un viaje al conocimiento, eso es lo que me gusta de mi existencia", afirma el artista.

¿Por qué Leganés? "Me parece un lugar fantástico para preparar mi futuro más inmediato. Ensayar en España resulta mucho más cómodo que en Estados Unidos. Allí los sindicatos son muy estrictos con los horarios y no existe la flexibilidad con la que podemos preparar las cosas aquí". No le gusta estar mano sobre mano, le pone nervioso y pide su guitarra. "Tengo la necesidad de experimentar, de cambiar de registros continuamente. Experimentar es una obligación para un artista. Algunos dicen que me repito y yo digo que mejor copiarme a mí mismo que no a otros. Me parece mucho más legal". El artista madrileño ha vendido 21 millones de copias de sus 10 discos editados, y ha recibido 200 discos de platino y 16 premios Grammy.

Sanz cuenta que está preparando su gira con el deseo de que el espectador lo viva como "un viaje especial". "Espero que cuando abandonen el recinto salgan con la sensación de que merecía la pena". Recuerda entonces cómo se vengó en un recital de una persona que siendo joven le impidió acceder a un concierto: "¡Cómo disfrutaba de cada uno de mis ídolos! Lo dejé en una esquina durante toda la actuación. Fue una pequeña venganza. La justicia inmediata. Luego se lo expliqué y se rió conmigo".

Habla de sus sueños y de aquello que va persiguiendo y confiesa con rotundidad que para él "la vida es un sueño en sí misma". "Tengo esa condición de crearme fantasías e imaginar que todas ellas van a ocurrir. Mi gran sueño es hacer música y disfrutar, comunicarme con ello".

Mientras prepara un disco en inglés, que no será con un acento perfecto -"no quiero que mi profesor me enseñe a hablar sin acento. De mi voz tiene que salir la mezcla de dos lenguas"-, tiene en proyecto encerrarse durante una temporada con Paco de Lucía y sacar adelante un trabajo de raíces flamencas.

Alejandro Sanz -quien recientemente reveló la paternidad de un segundo hijo, Alexander, de tres años, fruto de su relación con una "mujer ajena a la vida pública"- sostuvo ayer que él había actuado de modo correcto al dar la noticia. No quiso entrar a valorar la actuación de las madres de sus dos hijos, que están apareciendo en distintos medios de comunicación hablando de su vida privada. "No puedo obligar a nadie a que no lo haga. Me gustaría tener un rayo desintegrador. No lo entiendo. Cada uno que haga lo que quiera, yo he hecho lo que me ha dictado la conciencia. No quiero seguir participando en esa rueda", afirmó.

Vuelve al escenario. Los músicos dejan los portátiles y suena de nuevo la música en la plaza de toros de Leganés.