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Las 'Fogueres' racionales

Valencia no tiene que buscar muy lejos para encontrar un intento de cordura en el caos. El pasado año, el Ayuntamiento de Alicante planteó un paquete de medidas junto a la Comisión Gestora de las Fogueres de San Juan, para aliviar las molestias de aquellos que no disfrutan las fiestas. Se prohibieron las barras en las calles, cambiaron el orden del pregón y prohibieron el uso de autobuses publicitarios durante las mascletades.

Las tradicionales fiestas alicantinas se habían convertido en un caos organizativo reconocido por sus propios actores. "Alicante debe ser la única ciudad que mantiene sus comercios abiertos durante la celebración de sus festejos", reconocía el verano pasado el concejal de Fiestas, Andrés Llorens.

Desde el Consistorio del Turia se ha intentado instalar la tranquilidad con medidas parecidas. Las fallas que se salten la prohibición de apagar la música a las cuatro de la mañana tendrán censurada su participación para 2008. Es un ejemplo de la disciplina que se pretende implantar.

Lo cierto es que la primera oportunidad que ha tenido Valencia para ceder a favor de los vecinos, ha sido en el litigio del andamio de la calle de Sueca. La solución adoptada, retirando la obra en favor de la colocación de una inmensa estructura de luces, demuestra las intenciones municipales.

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